Recorriendo

Gracias a todos los dioses que había salido de caza apenas unos días a trás, de lo contrario, el aroma de la humana hubiera puesto en peligro mi estilo vegetariano...Yo solía pasear de vez en vez en soledad por la ladera del rio, cuando Bella y Renesmeé tenían sus ya clasicas: "platicas entre mujeres" -como ahora. La chica parecía estar pasando por un mal momento, sus pensamientos era tristes, muy melancólicos.

-Hola, - titubée - Era perturbador tener que "escuchar" toda la tristeza que despedía. Eran éstos momentos cuando más odiaba tener el don de poder escuchar mentes y de ser un vampiro, porque la pena de Keira tenía que ver con alguien de nuestra raza, y aunque yo no me sintiese igual que ese ser despreciable que había matado a su gente, era un inmortal que se alimentaba de sangre. - Es... peligroso estar sola por aquí, deberías regresar a casa.

-El río es una zona alejada de la población; algunas veces hay osos merodeando por ésta área (y lobos gigantes, pero nunca se lo diría) hambrientos, por eso es peligroso. Te aconsejaría que la próxima vez que desees venir, lo hagas en compañía de gente con más experiencia... Mi nombre es Edward Cullen - le dije en respuesta a su pregunta -¿Y el tuyo es...?

Por supuesto que lo sabía, pero como tantas y tantas veces, había que aparentar.

Se arropó del frío helado de Forks con su frágil chamarra y el viento jugó con sus cabellos, atrayendo hacia mí su aroma, y aunque yo tenía perfecto control sobre la sed hacia los humanos, no podía dejar de pasar por alto el que oliera delicosamente bien.

-Llevo algunos años viviendo aquí, los suficientes para tener un gran conocimiento del área, y por lo mismo mayor experiencia.

La tarde comenzaba a car y la luz se iba a lejando lentamente del cielo.

-¿Alguien vendrá por tí?

-Las noches y los días son terriblemente fríos en Forks, muy pocas veces tenemos sol (agradecí interiormente) y cuando sale, es como un día de fiesta, pero teminarás acostumbrándote, yo ya lo he hecho...

Ya el sol se había ocultado y ella seguía ahí, parada, observándome, ¿es que acaso la oscuridad y el estar con un completo extraño no la asustaba? era una humana muy extraña.

Preguntó mi edad, fácilmente pasaba por un chico de 20, así que eso fué lo que le dije. Me sentí un tanto turbado por la chica, no conocía nada a cerca de la familia Cullen y mucho menos de mí. Volvería a mentir como tantas otras veces más por su propio bien... Y el mío.

-Keira, hace frío. Puedo llevarte a tu casa si lo deseas, tu familia debe estar precupada por tí.

Ella no tenía famila, lo sabía muy bien pues lo había visto en su mente, pero nuevamente "debía" aparentar ante ella y ante quien fuese.

Pidió que la llevara a su casa, era lo menos que podía hacer por ella.

-Por supuesto que te llevaré.

Estaba tan a costumbrado a caminar con Bella, tomados de la mano, que por inercia hice lo mismo, estiré mi mano, y después me arrepentí, no por ella, sino porque al hacerlo - y si ella tomaba mi mano- la sentiría espeluznantemente fría.