Sed de sangre humana.

Escuché el gruñido de Jazz en su habitación, necesitaba de consejo y yo trataría de dárselo como mi hermano que era. Subí a velocidad vampírica las escaleras y toqué un par de veces a su puerta, como mera formalidad, yo sabía lo que estaba cruzando por su mente y no necesitaba más explicaciones.

-Jazz ¿puedo pasar?

-Adelante Edward.

Cuando entró y se percató de que mi cuarto estaba hecho un asco, me miró de manera comprensiva. Yo pensé que iba a retarme, pero me equivoqué, se acercó y me dio un gran abrazo, que correspondí de inmediato.

-Edward, creo que me estoy volviendo loco... Estoy desesperado.

-Eso no pasará Jazz, todos estamos aquí para ayudarte, no te preocupes.

Sin dejar de abrazarlo le susurré algunas palabras.

-Todo hemos pasado por ésto y lo hemos superado, y tú no serás la excepción. Eres fuerte, mucho más de lo que tu mismo reconoces. Anda, vayamos a cazar si con eso te distraes. La falta de alimento también altera y tú no has probado nada.

-A veces siento que no merezco estar aquí, ni tener a Alice a mi lado... Edward, creo que ya debes saberlo pero, siento, presiento que mi etapa de rebeldía puede dispararse en cualquier momento y que podría lastimar a gente inocente. He pasado los últimos días y noches saboreando y deseando la sangre humana a tal grado que hasta parece enfermizo. Me siento sucio, enfermo ¡Desubicado!

Me separé de mi hermano y me fui directo a la ventana para tratar de despejarme mirando nuestro amplio jardín.

-Vamos Jazz, sabes que nosotros te apoyaremos y no dejaremos que cometas una atrocidad. Para eso estamos los hermanos - revolví, su cabello jugando - ¿porqué no vamos con Carlisle? necesita saber cómo te sientes y estoy seguro que tendrá las palabras acertadas para tí.

El movío ligeramente la cabeza afirmando.

-Jazz, nada ocurrirá, Alice ya te lo hubuese dicho.

-Jazz, tuve diez años de rebeldía, probando la sangre humana de delincuentes en potencia; de alguna manera debía sentir que lo que hacía estaba bien, que le hacía un favor a la humanidad al encargarme de ellos, arrebatándoles la vida... Pero sólo eran excusas absurdas. ¿Qué quiero decir con ésto? que sé perfectamente por lo que estás pasando. La sangre humana no se compara con nada, pero los Cullen nos la hemos sabido arreglar gracias a Carlisle y el banco de sangre.

-¿Crees que debería hablar ésto también con él?

Edward asintió.

-Está bien, lo haré y también con Esme... Edward , Edward, a veces creo que soy una carga para la familia y para Alice, mi Alice... ¿sabes? creo que iré de inmediato a verla. Necesito los fuertes brazos de mi esposa.