Una... copa...?

Debería haber estado realmente muy desesperada por alejarme de aquél humano que tenía una sangre increíblemente apetecible para entrar en un lugar así... que iba hacer alguién como yo ahí... tomar algo? Lamentablemente era el primer lugar que tenía a la vista, no podía ni salir corriendo debido al gran número de testigos que hubiera tenido...

- Bien Levana, va a ser de lo más normal una chica sola, sentada en un rincón, sin pedir nada, esperando a que se vaya un chico... que comportamiento tan humano de tu parte - pensé para mi. Caminaba lentamente pues, debido a la adrenalina que había sentido al tener a aquél humano tan cerca, me encontraba increíblemente acelerada y no debía llamar la atención.

Me acerqué a una mesa vacía, afortunadamente estaba lo suficientemente oscuro pues la luz del lugar no podía vencer la oscuridad de la noche fuera del pub. Un mesero se me acercó y pedí lo primero que había en la carta, realmente no puedo recordar que era. Crucé mis piernas, recargué los codos en la mesa y hundí mi cara entre mis manos. La mezcla de aromas (cigarrillos, alcohol, humedad, etc) me distraían de la tentación que había tenido hace unos instantes.

"¿Te molesta...?" - Me preguntaron en el instante en el que levanté la vista, sonreí viendolo directamente a los ojos...

Fruncí el entrecejo ante el gesto, los modales y los pensamientos del vampiro que se había reunido conmigo. ¿Qué clase de monstruo era aquél teniendo en la mente la manera, la sensación, inclusive el olor de mi muerte?, me causaba una cierta... curiosidad teniendo en cuenta que era la primera vez que me encontraba con una vampiro tan... dificil de llevar...

No quería darle ninguna pista acerca de mi pues a pesar de la indiferencia que me provocaba aquella criatura tenía que ser prevenida, acaba de llegar al único lugar en donde me sentía cómoda... completa y no era linda la perspectiva de dejarlo tan pronto.

"Aquí... no creo que seas capaz de llevar nada de lo que tienes pensado conmigo" - le sonreí ironicamente mientras le guiñaba un ojo. El camarero me trajo un coctel que sinceramente no conocía ni me interesaba probar... baje la vista sin dejar de inspeccionar al recién llegado, era atractivo, pero algo me decía que su aspecto dejaba mucho a desear con su verdadera historia.

"Me gustaría saber el nombre de mi asesino..." - le dije en tono burlón dejando claro que no le temía...

No me sorprendió su velocidad, si no el uso de sus habilidades ante tanta gente, me enfoqué en los pensamientos de todos para ver los daños que había tenido la exposición a mi necesidad de mantener el anonimato, nadie le había dado la suficiente importancia, pude relajarme.

Me tensé por un momento, volteé a verlo directamente a los ojos, pensé para no tener la necesidad de decir aquello en voz alta - Te agradecería que no me expusieras, al igual que tu, corro peligro si descubren lo que somos - me tomó un segundo darme cuenta, debido a sus pensamientos de que no le importaba en lo más mínimo, lo ví regresar a su lugar. No iba a dejarme vencer por alguién que tenía una mentalidad tan insignificante.

"No tienes idea Asier, de lo mucho que puede gustarme el peligro..." - le guiñé un ojo, levanté la copa rápidamente pues un hombre me observaba, no tomé, pero fue de un realismo sorprendente

Era un completo maldito, me enfrentó a la única cosa con la que era débil, mi instinto, el aroma del humano fue un golpe por completo a mi nariz, a mis pulmones, deje de respirar en ese instante, si hubiera podido asesinarlo con la mirada aquél hubiera sido su último instante de existencia.

Tomé mi bolso, pagué la cuenta y me paré de la silla, me acercaba a la puerta cuando sentí una presencia... mejor dicho, dos, una que estaba dispuesta a matar y la otra por la que moriría antes de hacerlo.

"Que demonios es lo que quieres" - le dije agresivamente ahogando un gruñido con mi última reserva de aire, no tome más por miedo a atacar a aquél chico enfrete de toda aquella gente...

Qué pensamientos tan completamente irracionales cruzaban por su mente, no me atrajo de ninguna manera el sentarme de nuevo con aquél individuo pero que asumiera pudiera convertirme en una asesina como él, eso si me sorprendió. Quité su mano de mi rostro -prometo sentarme y escucharte hasta la última maldita palabra que tengas que decirme, pero uno, suelta al humano, y dos, si me vuelvas a tocar, voy a arrancarte los brazos- pensé enfocandome en irradiar la ira que sentía en cada ápice de mi cuerpo.

Me tomé un momento sin respirar para recuperar mi compostura y empezé a caminar hacia la mesa en la que habíamos estado. El mesero me vió extrañado “Decidí que... no me vo a ir” - miró, justificadamente, de manera sospechosa al vampiro y al humano que me acompañaban, era extraño, el humano no se quejaba.

-Sueltalo- Le ordené con el pensamiento, ya habíamos aclarado las condiciones y cumpliría mi palabra, no podía planear nada pues lo sabría en ese instante. “Terminemos de una vez, ¿Qué demonios quieres?" le dije estando conciente de que aquella pregunta la había repetido muchas veces aquella noche