Estoy Sediento

Necesitaba probar la sangre de una bestia rápidamente, la sed me quemaba la garganta y no podía darme el lujo de caer en la tentación de proba sangre humana, más después de estos últimos años.

Corrí deprisa por la inmensidad del bosque, olfateando cada centímetro en busca de un animal, ¡Eureka! Justo lo que necesita un inmenso oso, apestaba, pero era un inmenso oso al fin mi cena para los próximos días era tan enorme que mi sed se saciaría. Salte hacia él con al intención de sorprenderlo.

Mi colega, claro la había visto un par de veces a lo lejos, sabia que era vampira por su aroma característico
pero no sabia nada mas de ella, nunca me había acercado demasiado para saber.
Ahora que estaba tan cerca podía notar lo hermosa que era.

-claro señorita colega si gusta le ayudo a cazar un oso del mismo tamaño, pero antes-tomé su mano y la bese
-Alexander Dúo un placer.

Me gustaba el calor que brindaba su piel, y sabia que entre ella
y yo habría pronto una amistad.

-Algo me dice que tu y yo nos llevaremos tan bien-dije riendo quedamente.

Ella no dejaba de mirarme y yo tampoco era tan hermosa, y sencilla sus rasgos me decían que era de México, había pasado muchos años allí.

-¿Mexicana?

-Perdóname hermosa pero no quiero recordar mi pasado, la verdad fue
tan doloroso.
Mejor háblame de ti, lo que quieras.
Lo que se el chiste es saber más y que podamos llegar a ser buenos amigos
o conocidos talvez mas ya el tiempo lo decidirá-dije mirándola seductoramente.