Comer con lágrimas.

No me gustaba cuando alguién lloraba... era demasiado perturbante, después de mi casual encuentro con aquella chica, permanecí en el restaurant por el mero placer de ver que sucedía con cualquier humano que rondaba por aquí.

Fue cuando la chica llegó... sus lágrimas, era obvio que había estado llorando y estaba triste, me acerque a ella sin darme cuenta de lo que estaba haciendo realmente. Suspiré mientras le extendía un pañuelo para que se secará las lágrimas.

- una señorita como tu no debería llorar... - le murmuré - toma, para tus lágrimas y tu soledad - susurré mientras abría su mano y depositava el pañuelo sobre ella para cerrarla y sonreirle con amabilidad, después estaba a punto de retirarme.

Abrí mis ojos en sorpresa, no me esperaba tal reacción de la chica y también me preocupe de que no sintiera el frío natural de mi cuerpo. Solo le sonreí.

- no te preocupes, puedes quedarte con el pañuelo...- le dedique una mirada sincera y amable - no es bueno que te llenes de lágrimas, eres una persona joven y bella... no debes llorar - cerré mis ojos - las damas preciosas deben guardar sus lágrimas para momentos importantes... momentos felices - si uno realmente podía llorar de felicidad.

- y de nada... solo prometeme que no vas a llorar más - mi caracter era usualmente más apacible con los seres humanos, ellos eran mucho más frágiles... más hermosos ante mis ojos porque aún estaban con vida.

Me quede en silencio. No podía revelarme mucho menos si me alimentaba de alguna u otra forma. La verdad era que yo no comía, excepto por mis extraños hábitos de fumar y de vez en cuando tomar vino.

Aunque no sintiera nada...

- lo lamento... pero bueno ya cene - lo cuál no era mentira, había cazado un delicioso venado en el bosque horas antes. Sin embargo me quede con la chica, parecía estar un poco triste - sin embargo podría aceptar tu invitación con un vino... - fue todo lo que pronuncie mientras miraba sus ojos oscuros.

Le sonreí agradecido por la copa de vino mientras tomaba asiento con ella, me quede en silencio unos minutos antes de responder - mi nombres es Ethan Willmore - tomé su mano entre la mía y la bese con delicadeza - es todo un placer Angela - le sonreí - el placer es todo mío en este día... y dime... ¿trabajas o estudias?- le pregunté.

Debía ser sincero conmigo mismo, era una muchacha muy bonita y bastante joven... - soy profesor en la escuela de Forks... si eres estudiante podríamos vernos en alguna de mis clases - le volví a sonreir - aunque... ah!.. perdóname... de seguro ya no eres una estudiante porque puedes beber... lo lamento - baje la cabeza un poco avergonzado - lamento también ser tan confuso en mis palabras - me reí.

Sonreí un poco avergonzado - lamento mucho confudirte... digamos que no soy la persona correcta en tratar de explicar cosas... mhm... - me quede pensativo - suelo hablar demasiado... y a veces creo que confundo las ideas que tengo habitualmente en mi cabeza - ella me sonreí - es muy extraño... pero creo que es parte de mi propia personalidad - suspiré - debes continuar estudiando... y me parece muy bien que ayudes a tu familia..- me quede en silencio - si.. soy nuevo profesor en la escuela de Forks... llegué hace unos pocos meses - sonreí. Fue entonces que ella decidió llamar al mesero y me pidio mi opinión sobre los vinos, con una sonrisa solo moví la cabeza afirmando - creo que ese vino.. estará bien - realmente no podía decirlo con claridad, pero no recordaba el sabor del vino... solo el recuerdo de la sidra, hace muchos siglos atrás...