Después del Atardecer
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Después del Atardecer
FANFIC ENVIADO PARA EL CONCURSO ( El nombre del concursante no se revelará hasta la decisión final)
"Después del Atardecer"
Inicio de Eclipse
RATING: B (Adolescentes y Adultos)
PAREJAS: Bella y Edward
RATING: B (Adolescentes y Adultos)
PAREJAS: Bella y Edward
RESUMEN:
La navidad se acerca y Bella va a visitar a su madre antes de que llegue, y aunque a Bella no le guste Edward en su ausencia aprovecha para preparar su regalo. Un viaje con los Cullen puede cambiar todo de manera estrepitosa, Bella se encuentra con alguien que al igual que Edward ha caído ante sus encantos así que las cosas podrían cambiar, dando un giro de 1800, donde ella es la única que tiene la última palabra
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No entendía por qué me sentía de esa manera, era raro pensar de esa forma, Renée quien se suponía era mi madre no tomaba ese papel, la sentía mas como a alguna de mis compañeras del instituto Jessica o Ángela, sumida en estos pensamientos absurdos y tontos de querer irme de aquí –como era posible, solo tenía una semana en casa de mi madre y de Phil y ya quería regresar de vuelta a Forks- bueno lo único que había ocupado mis pensamientos en esta semana antes de que empezara querer marcharme de ahí había sido alguien: Edward. El había estado de acuerdo en que yo viniera a pasar aunque sea dos semanas con mi madre que claro para mi serian una eternidad y un calvario si Edward no venía conmigo, pero él quiso darme un respiro.
-No lo entiendo… ¿por qué no vienes conmigo? –le dije-
-Bella, amor, pasamos casi el 99.9% del tiempo juntos, imagina lo que diría tu mama si me ve llegar contigo.
-Ella no dirá nada Edward – no entendía por qué no quería venir conmigo, ¿acaso quería dejarme otra vez?, sentí como mi pobre corazón empezó a palpitar más rápido de lo normal- Este momento me estaba resultando bastante familiar algo así como tipo déjà vu.
-Bella…
Edward me miro con sus hermosos ojos dorados, esos ojos que me transmitían paz y tranquilidad, pero no ahora, ahora eran de preocupación.
-¿¡¡Es que quieres dejarme!!? – le pregunte con demasiada desesperación, tanta que hasta yo misma me asuste por las palabras rebuscadas que salían de mi boca-
El solo se limito a mirarme, levanto una de sus perfectas cejas con incredulidad.
-¿Dejarte? -me dijo- y después sonrió, con una de esas torcidas sonrisas que estremecían cada parte de mí ser y hacían que perdiera la concentración.
-Eso es algo que no creo que pueda lograr… - me miro y paso su fría mano por mi mejilla, llegando hasta mis labios, donde se detuvo y comenzó a acercar su rostro al mío para poder besarme, moviendo sus labios con demasiada insistencia contra los míos-
No sé lo que pensé en ese momento, en vez de aprovechar la cercanía de Edward me quede inmóvil aun pensando el porqué no quería acompañarme, algo demasiado estúpido de mi parte sabiendo que él no era así todo el tiempo y ahora que lo tenía junto a mí, apretada a su cuerpo lo desperdicie. Se separo demasiado pronto de mí, justo cuando yo reaccione, justo cuando iba a intentar uno de esos ataques que nunca funcionaban.
-No… no creo que pueda ser capaz de dejarte – me dijo sonriendo-
-¿Entonces cual es el motivo por el cual no quieres acompañarme Edward? –le dije aun demasiado nerviosa y con el corazón latiéndome frenéticamente-
No sé si había o no razón para comportarme de esa manera, pero el simple hecho de recordar la vez que se había marchado según él para que yo fuera una mujer feliz me producida un tremendo dolor en el pecho, aquel dolor que no había sentido durante tanto tiempo como cuando mi pecho tenía el enorme agujero.
-Bella, por favor, tranquilízate, estas llevando esto al extremo no me iré a ninguna parte y si lo hago tú te irás conmigo.
-Bueno eso suena mucho mejor pero… entonces ¿Qué pasa?... ¿hay problemas?
-No amor, por favor confía en mí, no es nada malo.-me dijo-
Yo era demasiado débil para discutir con Edward, la mayor parte del tiempo él se salía con la suya. Esta vez de cierto modo tenía una excusa mucho mejor, el hecho de que navidad se acercara había hecho que Edward se pusiera de necio con darme un regalo algo que él sabía perfectamente no me agradaba del todo, pero había objetado que lo compartiría, solo que esa parte no la había entendido, así que de esa manera fue como llegue a casa de mi madre, agregando que ella también había insistido en que viniera.
-Isabella!!! –grito mi madre a lo lejos-
Conocía perfectamente ese tono de voz de mi madre lleno de frustración, angustia y enojo, además de que ella siempre me llamaba Bella.
-Ahora voy mama!
Me apresure a salir del cuarto y bajar rápido las escaleras sosteniéndome muy bien del barandal, para no tener alguna caída. Mi madre estaba mirando hacia la ventana cuando baje.
-¿Si? –Dije con una suave vocecilla- Ella se dio la media vuelta.
-Bella… ¿tan pronto quieres irte? solo llevas una semana aquí –me dijo con sus preocupados ojos-
Claro, solo podía sospechar de Phil, a él le había dicho mi desesperante deseo de volver a Forks.
-Mama… lo siento… es solo que extraño Forks.- le dije y de forma casi instantánea mi madre crispo una de sus cejas-
-mmmm… ¿Forks?... ¿estás segura? O acaso tiene otro nombre.
A decir verdad mi madre me conocía bien y claro, se había percatado por mi desesperación por ver a Edward.
-Mama! Por favor lo extraño en verdad –le dije completamente sonrojada-
-Hay Bella…vaya que lo quieres ¿verdad?
-Si –no pude decirle nada mas, más claro no pude haberlo dejado-
-Está bien hija, si es lo que quieres no me opondré. –dijo cada palabra despacio y claramente-
-Me puedo quedar mama, no hay problema.
-Bella –me dijo sonriendo- no te preocupes Phil ya fue por los boletos de regreso, saldrás hoy mismo.
No sé qué aspecto tubo mi rostro en ese momento pero mi madre ensancho los ojos y soltó una gran carcajada.
-No sé qué decir, tampoco quisiera dejarte… lo siento mama.
-Hija está bien, no te preocupes además pasaremos navidad juntas -las palabras de mi madre me hicieron sonreír-
-Gracias mama…bueno creo que iré a empacar.
De esa manera corrí desesperadamente hacia las escaleras para poder llegar a la habitación y organizar mis cosas.
Era impresionantemente gratificante sentir la lluvia de Forks otra vez, esa lluvia que yo odie una y otra vez cuando llegue por primera vez a vivir con Charlie, pero no en esta ocasión, no ahora, sabía que ya estaba en casa y eso para mí era tremendamente gratificante.
Estaba esperando a que Charlie llegar por mí, así que me resguarde de la lluvia para que no pensara que estaba loca o algo por el estilo por el hecho de encontrarme baja la llovizna.
No creí necesario avisarle a Edward de mi llegada ya que me supuse que Alice me habría visto llegar.
A lo lejos pude observar acercándose la patrulla de mi padre. Solo esperaba que no estuviera molesto. Ya que tenía el temor de que sospechara de que mi repentina y abrupta llegada se debiera a Edward. Estaciono el coche y se acerco a mí.
-Hola Bella ¿Cómo has estado? –me dijo al mismo tiempo que me abrazaba-
-Papa… hola, pues ya estoy de regreso.
Estaba casi segura que mi padre había pasado esta larga y extendida semana extrañándome.
-Bienvenida otra vez a casa hija ¿Cómo se encuentra Renée?
-Muy bien papa gracias, te manda muchos saludos, y ya lo sabes vendrá en navidad para estar con nosotros.
-Ohh es cierto… bueno pues la esperaremos.
Hasta ahora mi padre no había hecho ningún cuestionamiento acerca de mi repentino regreso, cuando comenzó.
-Bella, hija que ha pasado, ¿es que no te has divertido en Florida? Pensé que te quedarías más tiempo, no quiero decir que no me alegre de que estés aquí.
-Bueno –me mordí el labio- es que extrañaba Forks papa…y a ti claro.
-Ahh ya veo. -me dijo de manera insinuante, por supuesto que sabía perfectamente a que se refería con su Ahh-
-Entonces vámonos hija, a ver dame esa maleta.
Justo en ese momento los recuerdos llegaron a mi cabeza de la primera vez que había llegado a vivir a Forks y mi padre había ido por mí en su patrulla.
Agradecía el hecho de encontrarme de nuevo en mi habitación, pero me sentía demasiado ansiosa, la verdad lo único que ocurría era que quería ver a Edward con desesperación. Así que como mi maleta no era muy grande empecé a desempacar lo más rápido que pude. Tomo algo de ropa limpia y me metí a bañar. Estaba pensando en ir a casa de los Cullen, pero no estaba segura si a Charlie le parecería, aunque de alguna u otra forma me la ingeniaría e iría.
Una vez que termine de arreglarme, toma las llaves de la Pick up y baje las escaleras. Charlie estaba sentado en el sillón mirando un partido.
-Papa… -le dije temerosa-
Charlie volteo l acara hacia mí para poder mirarme y poner atención a lo que le iba a decir.
-Iré a casa de los Cullen.
Habría creído en los milagros en ese instante pero sabía que este no era uno de ellos cuando de repente tocaron la puerta insistentemente.
-Yo voy –Charlie giro los ojos-
Cuando abrí la puerta no puede evitar sentir tanta emoción al ver que era Alice.
-Alice!!!!!!!!!!! –En forma casi de grito-
-Hola Bella! – me miro y miro hacia la sala- ¡hola Charlie! Ensanchando una gran sonrisa.
Era muy probable que mi padre pensara que yo había llamado a Alice para que viniera por mí, ya que mi padre sabía que yo sabía lo mucho que él quería a Alice y que ella lo podía convencer muy fácilmente de poder ir a ver a los Cullen.
-Vaya –dijo Alice- pase para ver si ya habías llegado… y que sorpresa.
-Si lo sé justo llegue hace unas horas y justamente me dirigía a tu casa.
-Bueno –dijo Alice riendo- entonces vámonos.
-Amm si bueno…
-Ohh si –dijo al mismo tiempo que soltaba una pequeña risita y se dirigía a Charlie- Charlie ¿verdad que Bella puede venir? Por favor – puso esa cara inocente-
Me sentí algo tramposa en ese instante e incluso pensé que tal vez mi padre querría hablar conmigo acerca de mi viaje fugaz, en verdad me sentí mal por dejarlo solo pero también en verdad anhelaba ver a Edward.
-… está bien –dijo Charlie demasiado dudoso- pero, Bella no llegues tarde.
Yo estaba completamente segura de que mi padre estaba enojado por el hecho de que apenas llegando ya quisiera estar con los Cullen, de hecho incluso desde que las vacaciones empezaron pasaba la mayor parte del tiempo en casa de Edward o el aquí, estaba sumamente agradecida con el hecho de que navidad fuera un motivo para que el instituto permitiera a los estudiantes un pequeño descanso, ya que había muchos que salían de Forks para visitar a sus familiares.
-No te preocupes Charlie Bella estará a salvo –le dijo Alice ofreciéndole una gran y amable sonrisa a la que mi padre no pudo negarse y corresponderle-
Lo vi darse la vuelta para volver a ver la televisión, pero figuraría que murmuro algo entre dientes, no me importo mucho y salí con Alice de la casa.
-Le dije que no durarías mucho –me dijo Alice en un tono burlón, estaba completamente segura de que se refería a Edward- incluso Emmet aposto.
-Bueno es que no tenía mucho que hacer, la verdad estaba un poco aburrida.
-Bueno al menos le has dado tiempo de prepararlo todo.
-Amm… ¿Prepararlo todo? A que te refieres –le dije al mismo tiempo que nos subíamos a su coche y es que era la verdad no sabía a lo que se estaba refiriendo -
-Este… lo siento Bella pero no puedo decir nada Edward me arrancaría la cabeza pero relájate te gustara.
Solo me limite a mirarla mientras avanzábamos estrepitosamente por la carretera.
Re: Después del Atardecer
No tardamos mucho en llegar a la mansión de los Cullen –bueno yo la consideraba una mansión- así que Alice estaciono su coche y salimos.
-Bella –dijo entre risitas- no deberías salir por tanto tiempo fuera de la ciudad. Edward se pone histérico –dijo de nuevo riendo-
-Bueno es que el no quiso acompañarme y pues la verdad quería ver a mi mama… pero… ¿qué le ha pasado? ¿Está el bien…no? ¿Alice?
-Tranquila –dijo mientras abría la puerta y entrabamos en la casa- no le pasa nada. Mejor ve a verlo tú misma, está en su cuarto.
No sé por qué sentía nervios en ese instante, tal vez el hecho de volver a verlo me ponía nerviosa. Al subir las escaleras no vi a nadie –subir es un decir ya que iba casi corriendo- y lo agradecí para que no vieran mi cara de desesperación.
Justo en ese instante me detuve ante la puerta del cuarto de Edward. Tocando con insistencia, hasta que oí su dulce voz.
-Adelante…
Edward estaba de pie ante la imponente ventana de su cuarto, mirando hacia algún lugar, pero volteo la mirada hacia mí. Había olvidado lo hermoso que era, volver a ver su rostro hacia que mi corazón empezara a palpitar desbocadamente nunca me acostumbraría a su extraordinaria belleza. Llevaba puesto unos jeans azules y una camisa de manga larga negra que se ajustaba sensualmente a su perfecta anatomía. Y justo cuando sus ojos se encontraron con los míos esbozo una gran sonrisa, al mismo tiempo que se acercaba rápidamente hacia mí, ya que al parecer yo me había quedado como estatua.
-Bienvenida casa –me dijo al mismo tiempo que me abrazo y levanto del suelo apretándome contar su frio cuerpo-
Si el paraíso existía hubiera deseado que ese fuera, ya que para mi ese mi paraíso, estar en los brazos de Edward. Así que tratando de aprovechar su cercanía enrosque mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura. Tratando de buscar sus labios recorrí su cuello hasta que por fin llegue a mi meta. Poder volver a sentir el dulce sabor de su boca en la mía fue algo que estremeció cada parte de mi cuerpo. Solo que no duro demasiado solo hasta que Edward deshizo el beso.
-Espero que no estés arrepentido –le dije entrecortadamente-
-Como es que crees que pudiera estar arrepentido de algo que deseaba con toda mis fuerzas poder hacer desde que supe que regresabas –me dijo sonriendo-
-Y dime amor ¿cómo te la has pasado? Espero que tu mama se encuentre bien –me decía mientras me colocaba de nuevo en pie-
-Bueno con lo que respecta a mi estancia… creo que estuvo bien pero… me aburrí demasiado pronto y bueno lo demás ya lo sabes… y mama está muy bien, te manda saludos –le dije mientras me volvía hacia él para poder abrazarlo-
-Bueno no te juzgare estuve a punto de irte a buscar, así que cuando vi en Alice que regresabas me alegre, bueno no es que no quisiera que no fueras a ver a tu madre –eran raras las veces que Edward se ponía nervioso y cuando eso pasaba comenzaba hablar rápidamente- pero realmente te extrañe además no creo que hubiera sido muy buena idea que yo fuera a recogerte a tu casa por eso le pedí a Alice eso... lo siento.
-Pero eso hubiera tenido solución su tu me hubieras acompañado a Florida… –intente sonar enojada pero sus ojos me miraban fijamente y ni siquiera recordé que tenía que sonar enfadada- no te preocupes estas perdonado.
-Bueno te recompensare de otra manera lo prometo.
-Ohh así que habrá recompensa y ¿Qué es? Acaso es de lo que Alice me hablo.
-¿¿¡¡Alice te dijo algo!!??
-No! Tranquilo ella no me ha dicho nada, no quiso hacerlo.
-Está bien, es solo que quiero ser yo quien te lo diga –me dijo mientras recorría mi rostro con su mano-
-Bueno soy toda oídos –le dije algo distraída por su contacto- puedes decirme lo que quieras.
-Te lo diré mañana… lo prometo.
-Pero…-no puede terminar la frase completa, porque su boca se poso sobre la mía demasiado insistente contras mis labios-
El dulce sabor que sentía después de nuestro reencuentro no se comparaba con nada en absoluto ni siquiera me importaba si mi padre estaría o no enojada conmigo, todo eso era capaz de soportarlo porque sabía que Edward estaría conmigo.
Pudo haber sido cualquier otra tarde en otro momento y en otro lugar, pero no para mí, ya que me encontraba con el hombre del que estaba más que enamorada. Hubiera deseado estar todo el tiempo en su cuarto pero me sentí grosera el no saludar a su familia mas porque Esme había preguntado por mi y como me había ido en el viaje.
Pasamos la mayor parte de la tarde en la sala donde se encontraba Carlisle, Esme, Alice, Jasper, Emmett, Edward y yo –la única ausente era Rosalie, según esto estaba en su habitación, bueno a decir verdad no me importo mucho si ella estaba o no- hasta que tuve que irme ya que Alice le había prometido a mi padre que volvería temprano y yo estaba segura que se enfadaría si no lo cumplía agregando el hecho de que Edward seria el que me llevaría –me había dado a elegir si quería que Alice me llevara, pero me negué rotundamente-.
Edward estaciono su coche enfrente de la casa de Charlie, solo habían transcurrido unos minutos desde que salimos de su casa y ya nos encontrábamos en la mía y tal vez me quedaban unos minutos antes de que Charlie se asomara por la ventana y descubriera que él me había traído.
-¿Vendrás esta noche? –le dije con una vocecilla inocente-
-¿No estás cansada? Supuse que querías dormir, ha sido un largo viaje amor.
-Por favor…-deje la frase sin terminar cuando él empezó a sonreír-
-Está bien ya que insistes… vendré más tarde al menos deja y llevo el coche de regreso.
-Está bien te esperare –le avise con demasiado entusiasmo mientras salía del coche, no sé qué aspecto tuvo mi rostro en ese momento pero Edward soltó una risita-
De esa forma pude ver como su coche se alejaba, así que para no perder tiempo entre a la casa para volver a darme un baño, tomando en cuenta que ya me había dado uno, pero Edward vendría esta noche y yo tenía que estar presentable. Trate de apresurar mi paso por la sala pero era imposible evitar a mi padre.
-Hola papa, ya estoy aquí.
-Está bien hija… ¿vas a cenar?
-No ya como en casa de Edward –no mentía ni nada por el estilo, estaba siendo completamente sincera con él, y es que cuando yo pasaba mucho tiempo en casa de los Cullen, Esme o Alice cocinaban algo para mí-
-Ahh… está bien… y ¿Cómo te la has pasado? ¿Cómo esta Carlisle y Esme?... y ¿Edward? –pude escuchar la diferencia de tono que utilizo cuando menciono a Edward-
-Ellos están bien papa te mandan saludos y Edward también. Bueno me voy a dar un baño y me dormiré, hasta mañana papa que descanses.
-Si hija tu también.
Bueno era una ganancia al menos que mi padre no se había puesto tan enfadado tal vez una pequeña parte de mi lo comprendía, yo era su única hija lo único que por decir de alguna manera tenia y sabía que él se preocupaba por mí, temía que Edward volviera a dejarme, mi padre no había perdonado a Edward por lo que hizo. Trate de no darle mucha importancia al asunto y subí rápidamente las escaleras, entre am i cuarto, tome mi pijama y me dirigí al baño. Ahí el agua tibia me relajo el cuerpo y aunque hubiera querido tardar mi cerebro tenía un tipo de programación que exigía que me apresurara ya que Edward no tardaría en llegar. Así que una vez lista, me dirigí al cuarto, para intentar secar mi pelo. No supe en qué momento me recosté, lo único que sentí fue su frio aliento en mi frente y sus labios recorriendo mi boca, hubiera creído que era un sueño, pero lo sentía demasiado real.
-Lo siento… debí dejarte dormir…
-No está bien, no me importa –le dije mientras me pegaba a su cuerpo-
-¿No deberías dormir? –me dijo rodeándome con sus brazos-
-No estoy segura, mejor dime cual es la sorpresa, se que dijiste que sería hasta mañana pero ya no puedo esperar... por favor dime…
-Ah bueno –rio por debajo- pues digamos que ya es de mañana son exactamente las 12:00, así que estás en tu derecho de exigir mi amor.
-Bueno entonces que es lo que esperas – le demande con mucha insistencia-.
En ese momento su frio cuerpo se aparto del mío. No entendía su reacción, acaso ¿era algo malo lo que tenía que decirme? Pero como era posible eso sí según Edward era una sorpresa para mí ya que navidad estaba a la vuelta de la esquina, bueno tal vez eso parecía para mi… pero… ¿y si no era una sorpresa? Que tal si era algo malo. En un instante sentí como la sangre bajo de todo mi rostro y me quede helada. Tal vez solo estaba llevando esto demasiado lejos. Pero no lograba controlar mi acelerado pulso.
-Bella, por dios, tranquilízate, lo que te diré no es nada malo, siempre sacas todo de su juicio, por favor tranquila –me decía dulcemente al mismo tiempo que volvía a abrazarme-.
-Lo siento Edward… es solo que me pone nerviosa el no saber… ya lo ves por eso no me gustan las sorpresas ni los regalos.
-Mi amor lo que tengo que decirte es muy sencillo, bueno a decir verdad es muy insignificante, tal vez no te resulte la gran cosa o no sea muy importante, pero siempre he querido hacerlo y bueno –Edward comenzó a hablar rápidamente, lo que me indico que se estaba poniendo nervioso así que tuve que ponerle mucha atención- como están las vacaciones, me gustaría aprovecharlas y que saliéramos después de navidad… bueno claro si tu quieres.
No lograba entender el significado de sus palabras. Edward quería que saliéramos después de navidad –pensé para mis adentros-.
-Bueno cuenta conmigo –le dije sonriendo, con incredulidad-.
-El punto es que como me has dicho que Renée va a pasar navidad con nosotros, me gustaría que terminando navidad saliéramos de Forks con mi familia.
-Valla… algo así como ¿un viaje o una excursión?
-Bueno si…algo así. Mira mientras estabas con tu mama Alice me ayudo a elegir una pequeña casa cerca de los límites de Seattle me gustaría que pasáramos ahí una o dos semanas para que te relajes antes de que volvamos al instituto… no te preocupes, no estaremos completamente solos los demás vendrán con nosotros.
Ni siquiera tenis palabras para contestarle, Edward lo único que quería era que saliéramos juntos para distraernos y yo como siempre me estaba imaginando lo peor. Todo era perfecto… bueno casi todo, solo por el simple hecho de que no estaríamos solos.
-¿No te ha gustado la idea? Aun puedo cancelar todo si tú quieres.
-¡¡No!! –casi grite en ese instante, así que tuve que controlarme ya que no podía darme el lujo de despertar a Charlie- No es eso es solo que me que quede pensando en ello, pero claro que me gusta Edward –le sonreí abiertamente- suena maravilloso, me encanta la idea. Solo que… tal vez Charlie se ponga algo latoso en eso.
-Bueno –dijo Edward soltando una risita- Alice y Esme nos ayudaran con eso.
-Bella –dijo entre risitas- no deberías salir por tanto tiempo fuera de la ciudad. Edward se pone histérico –dijo de nuevo riendo-
-Bueno es que el no quiso acompañarme y pues la verdad quería ver a mi mama… pero… ¿qué le ha pasado? ¿Está el bien…no? ¿Alice?
-Tranquila –dijo mientras abría la puerta y entrabamos en la casa- no le pasa nada. Mejor ve a verlo tú misma, está en su cuarto.
No sé por qué sentía nervios en ese instante, tal vez el hecho de volver a verlo me ponía nerviosa. Al subir las escaleras no vi a nadie –subir es un decir ya que iba casi corriendo- y lo agradecí para que no vieran mi cara de desesperación.
Justo en ese instante me detuve ante la puerta del cuarto de Edward. Tocando con insistencia, hasta que oí su dulce voz.
-Adelante…
Edward estaba de pie ante la imponente ventana de su cuarto, mirando hacia algún lugar, pero volteo la mirada hacia mí. Había olvidado lo hermoso que era, volver a ver su rostro hacia que mi corazón empezara a palpitar desbocadamente nunca me acostumbraría a su extraordinaria belleza. Llevaba puesto unos jeans azules y una camisa de manga larga negra que se ajustaba sensualmente a su perfecta anatomía. Y justo cuando sus ojos se encontraron con los míos esbozo una gran sonrisa, al mismo tiempo que se acercaba rápidamente hacia mí, ya que al parecer yo me había quedado como estatua.
-Bienvenida casa –me dijo al mismo tiempo que me abrazo y levanto del suelo apretándome contar su frio cuerpo-
Si el paraíso existía hubiera deseado que ese fuera, ya que para mi ese mi paraíso, estar en los brazos de Edward. Así que tratando de aprovechar su cercanía enrosque mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura. Tratando de buscar sus labios recorrí su cuello hasta que por fin llegue a mi meta. Poder volver a sentir el dulce sabor de su boca en la mía fue algo que estremeció cada parte de mi cuerpo. Solo que no duro demasiado solo hasta que Edward deshizo el beso.
-Espero que no estés arrepentido –le dije entrecortadamente-
-Como es que crees que pudiera estar arrepentido de algo que deseaba con toda mis fuerzas poder hacer desde que supe que regresabas –me dijo sonriendo-
-Y dime amor ¿cómo te la has pasado? Espero que tu mama se encuentre bien –me decía mientras me colocaba de nuevo en pie-
-Bueno con lo que respecta a mi estancia… creo que estuvo bien pero… me aburrí demasiado pronto y bueno lo demás ya lo sabes… y mama está muy bien, te manda saludos –le dije mientras me volvía hacia él para poder abrazarlo-
-Bueno no te juzgare estuve a punto de irte a buscar, así que cuando vi en Alice que regresabas me alegre, bueno no es que no quisiera que no fueras a ver a tu madre –eran raras las veces que Edward se ponía nervioso y cuando eso pasaba comenzaba hablar rápidamente- pero realmente te extrañe además no creo que hubiera sido muy buena idea que yo fuera a recogerte a tu casa por eso le pedí a Alice eso... lo siento.
-Pero eso hubiera tenido solución su tu me hubieras acompañado a Florida… –intente sonar enojada pero sus ojos me miraban fijamente y ni siquiera recordé que tenía que sonar enfadada- no te preocupes estas perdonado.
-Bueno te recompensare de otra manera lo prometo.
-Ohh así que habrá recompensa y ¿Qué es? Acaso es de lo que Alice me hablo.
-¿¿¡¡Alice te dijo algo!!??
-No! Tranquilo ella no me ha dicho nada, no quiso hacerlo.
-Está bien, es solo que quiero ser yo quien te lo diga –me dijo mientras recorría mi rostro con su mano-
-Bueno soy toda oídos –le dije algo distraída por su contacto- puedes decirme lo que quieras.
-Te lo diré mañana… lo prometo.
-Pero…-no puede terminar la frase completa, porque su boca se poso sobre la mía demasiado insistente contras mis labios-
El dulce sabor que sentía después de nuestro reencuentro no se comparaba con nada en absoluto ni siquiera me importaba si mi padre estaría o no enojada conmigo, todo eso era capaz de soportarlo porque sabía que Edward estaría conmigo.
Pudo haber sido cualquier otra tarde en otro momento y en otro lugar, pero no para mí, ya que me encontraba con el hombre del que estaba más que enamorada. Hubiera deseado estar todo el tiempo en su cuarto pero me sentí grosera el no saludar a su familia mas porque Esme había preguntado por mi y como me había ido en el viaje.
Pasamos la mayor parte de la tarde en la sala donde se encontraba Carlisle, Esme, Alice, Jasper, Emmett, Edward y yo –la única ausente era Rosalie, según esto estaba en su habitación, bueno a decir verdad no me importo mucho si ella estaba o no- hasta que tuve que irme ya que Alice le había prometido a mi padre que volvería temprano y yo estaba segura que se enfadaría si no lo cumplía agregando el hecho de que Edward seria el que me llevaría –me había dado a elegir si quería que Alice me llevara, pero me negué rotundamente-.
Edward estaciono su coche enfrente de la casa de Charlie, solo habían transcurrido unos minutos desde que salimos de su casa y ya nos encontrábamos en la mía y tal vez me quedaban unos minutos antes de que Charlie se asomara por la ventana y descubriera que él me había traído.
-¿Vendrás esta noche? –le dije con una vocecilla inocente-
-¿No estás cansada? Supuse que querías dormir, ha sido un largo viaje amor.
-Por favor…-deje la frase sin terminar cuando él empezó a sonreír-
-Está bien ya que insistes… vendré más tarde al menos deja y llevo el coche de regreso.
-Está bien te esperare –le avise con demasiado entusiasmo mientras salía del coche, no sé qué aspecto tuvo mi rostro en ese momento pero Edward soltó una risita-
De esa forma pude ver como su coche se alejaba, así que para no perder tiempo entre a la casa para volver a darme un baño, tomando en cuenta que ya me había dado uno, pero Edward vendría esta noche y yo tenía que estar presentable. Trate de apresurar mi paso por la sala pero era imposible evitar a mi padre.
-Hola papa, ya estoy aquí.
-Está bien hija… ¿vas a cenar?
-No ya como en casa de Edward –no mentía ni nada por el estilo, estaba siendo completamente sincera con él, y es que cuando yo pasaba mucho tiempo en casa de los Cullen, Esme o Alice cocinaban algo para mí-
-Ahh… está bien… y ¿Cómo te la has pasado? ¿Cómo esta Carlisle y Esme?... y ¿Edward? –pude escuchar la diferencia de tono que utilizo cuando menciono a Edward-
-Ellos están bien papa te mandan saludos y Edward también. Bueno me voy a dar un baño y me dormiré, hasta mañana papa que descanses.
-Si hija tu también.
Bueno era una ganancia al menos que mi padre no se había puesto tan enfadado tal vez una pequeña parte de mi lo comprendía, yo era su única hija lo único que por decir de alguna manera tenia y sabía que él se preocupaba por mí, temía que Edward volviera a dejarme, mi padre no había perdonado a Edward por lo que hizo. Trate de no darle mucha importancia al asunto y subí rápidamente las escaleras, entre am i cuarto, tome mi pijama y me dirigí al baño. Ahí el agua tibia me relajo el cuerpo y aunque hubiera querido tardar mi cerebro tenía un tipo de programación que exigía que me apresurara ya que Edward no tardaría en llegar. Así que una vez lista, me dirigí al cuarto, para intentar secar mi pelo. No supe en qué momento me recosté, lo único que sentí fue su frio aliento en mi frente y sus labios recorriendo mi boca, hubiera creído que era un sueño, pero lo sentía demasiado real.
-Lo siento… debí dejarte dormir…
-No está bien, no me importa –le dije mientras me pegaba a su cuerpo-
-¿No deberías dormir? –me dijo rodeándome con sus brazos-
-No estoy segura, mejor dime cual es la sorpresa, se que dijiste que sería hasta mañana pero ya no puedo esperar... por favor dime…
-Ah bueno –rio por debajo- pues digamos que ya es de mañana son exactamente las 12:00, así que estás en tu derecho de exigir mi amor.
-Bueno entonces que es lo que esperas – le demande con mucha insistencia-.
En ese momento su frio cuerpo se aparto del mío. No entendía su reacción, acaso ¿era algo malo lo que tenía que decirme? Pero como era posible eso sí según Edward era una sorpresa para mí ya que navidad estaba a la vuelta de la esquina, bueno tal vez eso parecía para mi… pero… ¿y si no era una sorpresa? Que tal si era algo malo. En un instante sentí como la sangre bajo de todo mi rostro y me quede helada. Tal vez solo estaba llevando esto demasiado lejos. Pero no lograba controlar mi acelerado pulso.
-Bella, por dios, tranquilízate, lo que te diré no es nada malo, siempre sacas todo de su juicio, por favor tranquila –me decía dulcemente al mismo tiempo que volvía a abrazarme-.
-Lo siento Edward… es solo que me pone nerviosa el no saber… ya lo ves por eso no me gustan las sorpresas ni los regalos.
-Mi amor lo que tengo que decirte es muy sencillo, bueno a decir verdad es muy insignificante, tal vez no te resulte la gran cosa o no sea muy importante, pero siempre he querido hacerlo y bueno –Edward comenzó a hablar rápidamente, lo que me indico que se estaba poniendo nervioso así que tuve que ponerle mucha atención- como están las vacaciones, me gustaría aprovecharlas y que saliéramos después de navidad… bueno claro si tu quieres.
No lograba entender el significado de sus palabras. Edward quería que saliéramos después de navidad –pensé para mis adentros-.
-Bueno cuenta conmigo –le dije sonriendo, con incredulidad-.
-El punto es que como me has dicho que Renée va a pasar navidad con nosotros, me gustaría que terminando navidad saliéramos de Forks con mi familia.
-Valla… algo así como ¿un viaje o una excursión?
-Bueno si…algo así. Mira mientras estabas con tu mama Alice me ayudo a elegir una pequeña casa cerca de los límites de Seattle me gustaría que pasáramos ahí una o dos semanas para que te relajes antes de que volvamos al instituto… no te preocupes, no estaremos completamente solos los demás vendrán con nosotros.
Ni siquiera tenis palabras para contestarle, Edward lo único que quería era que saliéramos juntos para distraernos y yo como siempre me estaba imaginando lo peor. Todo era perfecto… bueno casi todo, solo por el simple hecho de que no estaríamos solos.
-¿No te ha gustado la idea? Aun puedo cancelar todo si tú quieres.
-¡¡No!! –casi grite en ese instante, así que tuve que controlarme ya que no podía darme el lujo de despertar a Charlie- No es eso es solo que me que quede pensando en ello, pero claro que me gusta Edward –le sonreí abiertamente- suena maravilloso, me encanta la idea. Solo que… tal vez Charlie se ponga algo latoso en eso.
-Bueno –dijo Edward soltando una risita- Alice y Esme nos ayudaran con eso.
Re: Después del Atardecer
-Eres un tramposo, has actuado con alevosía y ventaja, pero está bien dejare que me secuestres y tendrás toda mi atención…solo seré tuya…
Ni siquiera recordé lo que iba a decir después del tuya ya que los labios de Edward silenciaron los míos, pero esta vez los sentí deferentes, transmitían demasiada necesidad por los míos y su mano en esta ocasión en vez de retener las mías estaba aferrada a mi cintura, apretándome contra él, así que mis manos libres para poder tocar su hermoso cuerpo. Lo que duramos besándonos para mi resulto una milésima de segundo y es que nunca me saciaba de sus besos siempre quería que volviera a besarme, pero ya había apartado su rostro del mío para que pudiera volver a intentarlo.
-Ha sido demasiada acción por esta noche, deberías dormirte ya –dijo entrecortadamente-.
-Eso solo ha sido apenas el comienzo –le dije mientras me acercaba de nuevo a él-.
No podía expresar la profunda tranquilidad que sentía al estar abrazada junto a él, poder tocarlo, poder aspirar su delicioso aroma, poder sentirlo, sentir como me abrazaba. No sé en qué momento mis ojos se cerraron y me perdí en sus brazos.
La llegada de mi madre había caído de maravilla ya que estaba segura que ella suavizaría las cosas con Charlie –Alice y Esme habían hablado con Charlie de nuestro viaje y como era de esperarse había puesto el grito en el cielo, pero gracias a dios había accedido, claro quién podía resistirse a la dulzura de Esme y a la insistencia de Alice, lo único que escuche a Alice decirle a Charlie fue que me cuidarían bien- ya que yo le había contado por teléfono de mi viaje con los Cullen -era un alivio que ella no se hubiera opuesto-. Pero siempre tenía que ocurrir algo… algo que importunara mi felicidad, -¿es que Jacob no irá con ustedes Bella?- es lo que mi querida mama había preguntado justo en la cena de navidad en casa de Charlie donde estaba segura que Edward, Carlisle, Esme, Alice, Emmett y Rosalie –incluso Rose había accedido a ira a mi casa esta noche- habían escuchado ya que automáticamente me miraron y claro yo, me sonroje –no mama, el no irá- fue lo único que pude decir. No era que hubiera olvidado a mi amigo licántropo ya que mi padre se encargaba de recordármelo a diario pero hacía mucho tiempo que Jacob no me contestaba las llamadas, claro se había molestado por que había regresado con Edward. Pero aun así Charlie insistía en que fuera a visitarlo –no es que no lo haya hecho, es solo que Jacob según esto no estaba, bueno al menos eso me había dicho Billy- solo que ya no quise insistir.
Me sentí extraña esa noche, no sé porque razón recordé la navidad pasada, cuando Edward me había dejado, había sido la peor de mi existencia, pero ahora, justo en este momento, cuando presencie la sala de Charlie con un pequeño pinito de navidad y pequeños foquitos de colores que Alice había decorado y el centro de mesa que Esme había traído, justo en ese momento vi en cámara lenta a cada uno de los miembros de mi familia, mi madre y mi padre junto con los Cullen, –aunque sabía que Charlie aun estaba molesto por la presencia de Edward, no pudo evitar su alegría ante tanta gente reunida, algo que pocas veces se veía en la casa- solo hasta entonces entendí la tremenda alegría que sentí en ese momento. Edward se acerco a rodearme con sus brazos, eso sin duda era el mejor regalo de navidad, pero como a Edward no le pareció así ya había comprado un pequeño dije en forma de gota para mi, claro en ese momento me beso y no pude reclamarle el obsequio.
Todo estaba preparado para nuestro viaje, Alice me había ayudado a hacer mi maleta y sentí que llevaba demasiada ropa, pero ella dijo que era lo necesario para una chica, así que para no discutir con ella lo deje así. Ella estaba conmigo en la casa esperando a que pasaran por nosotras, para mi aun era un misterio a donde es que iríamos, nadie me había querido decir nada, ni siquiera Carlisle, así que tuve que dar por olvidado el tema, pero me había preocupado de nuevo por otra cosa que según para Edward era insignificante: mi comida. Yo no ponía objeción en nada al contrario me encantaba la idea del viaje solo que tenía que saber que era lo que iba a comer, pero para mi sorpresa Edward ya había pensado en todo, Esme amablemente cocinaría para mí algo que me dio demasiada pena pero Edward me había dicho que ella se había ofrecido –Bella no te preocupes, enserio mi amor, a Esme no le
molesta en lo mas mínimo al contrario me ha dicho que le recuerda a cuando era humana, además está encantada de hacerlo- y aun así me sentía algo apenada.
Sentí que transcurrió solo un minuto desde que Edward le llamo a Alice para decir que ya venían, cuando salimos de la casa ya estaban ahí. Emmett había traído su impresionante Jeep y Edward manejaba el Mercedes de Carlisle; Rosalie, Esme y Carlisle iban con Emmett entonces deduje que Alice y yo iríamos con Edward y Jasper. En ese momento pensé que Edward manejaría pero después de meter mis maletas al coche de Carlisle subimos al asiento trasero ya que Jasper y Alice irían enfrente, pues ella manejaría.
Después de unas horas la noche empezó a caer, y Edward me cauno en sus brazos, no sin antes envolverme en una sabana que había traído; ni siquiera podía escuchar el sonido del motor del auto, era demasiado silencioso, tanto que me arrullaba, hasta que sentí que mis ojos empezaban a cerrarse, tampoco oí la conversación de Alice y Jasper, lo único que sentí al final antes de que se produjera mi inconsciencia fueron los labios de Edward en los míos.
Cuando abrí los ojos me sentía algo acalambrada, aun sentía el frio cuerpo de Edward junto a mí.
-Bueno días Bella durmiente –me dijo sonriéndome-
-Buenos días…Ohh ¿he dormido mucho? ¿Ya llegamos? –le dije un poco adormecida-
-Bueno has dormido suficiente, pero no creo que hayas descansado bien –me decía al mismo tiempo que acomodaba mi enmarañado cabello- y si, ya hemos llegado.
-Bueno entonces salgamos de aquí.
Edward reprimió una risita y salió primero del coche para después ayudarme a mí. Ni siquiera me había percatado de que Alice y Jasper no se encontraban ahí. Me di cuenta después que los vi sentados juntos en un pequeño corredor de una cabaña. Que estaba alado de la gran casa. Esta era preciosa tenía un tenue color caoba había una pequeña estancia en la parte de enfrente de ella donde estaban unos sillones de madera cubiertos de una tela esponjosa color cuero, de un lado de ese mismo corredor estaba un pequeño sillón que colgaba en forma de columpio, justo alado de la hermosa casa estaba la pequeña cabaña era una clásica como las que salían en las películas. Edward que se encontraba a mi lado noto mi asombro.
-No es tan bonito como tal vez te lo habías imaginado…pero es acogedor –dijo en un tono melancólico-.
-¡Edward!... como puedes decir eso, es precioso y claro que me gusta.
-Bueno si quieres podemos ir al lago mas tarde para que puedas ver como se oculta el sol, Alice me dijo que habría un poco de sol. Pero ahora deberías comer algo –me dijo al mismo tiempo que me tomo de la mano-.
No podía acostumbrarme a tanta felicidad que sentía, ya teníamos una semana ahí y me parecía que llevábamos una eternidad, las constantes salidas en las que Edward me llevaba de paseo por el bosque espeso, incluso Edward y yo salíamos con Alice, Jasper, Emmet y Rosalie a caminar bueno a veces a correr o de vez en cuando Emmett, Jasper y Edward se ponían a jugar carreras como niños pequeños mientas nosotras los mirábamos y la forma tan cómica en que Emmet se enojaba cuando Jasper o Edward le ganaban. Todo era perfecto, aun mas para mí la noche, en ese instante en que tenia a Edward para mi sola, le había pedido que durmiéramos juntos, por decirlo de alguna forma, guardando la pequeña esperanza de que Edward dejara a tras ese miedo que tenia a hacerme daño si hacíamos el amor, pero hasta ahora era inútil, aunque en algunas ocasiones lo sentía demasiado necesitado de mi así como yo de él, pero rápidamente se esfumaban las pocas esperanzas que acumulaba.
La mañana era hermosa, se podía ver a lo lejos del horizonte unos pequeños rayos de sol escapándose de entre las nubes, cuando Alice y yo habíamos salido con Carlisle y Esme según ella para cortar flores que según Alice usaría para ambientar la casa –algo que estaba fuera de lugar, pero claro conociendo a Alice, ella siempre tenía que estar haciendo algo, y como cerca de la casa había gran variedad de flores raras-, solo que no entendía para que quería hacer eso si de hecho nadie le prestaría mucha atención, tal vez solo me supuse que estaba aburrida, de hecho me había parecido algo extraño el hecho de que nosotros tres hubiéramos ido con ella, ya que ni Jasper, Edward y Emmett la hubieran podido acompañar alegando que tenían que ayudar a Jasper con la tubería de agua que había roto sin querer, y ni hablar de Rosalie que había objetado que estropearía su cabello que acababa de cepillar así que dándose cuenta de esto Esme y Carlisle se ofrecieron amablemente en ir con nosotras. De hecho me pareció algo sumamente nuevo ver como Carlisle miraba a Esme; podía ver el amor que se tenían, algo que ni siquiera había notado en el tiempo que tenia de conocerlos.
Estábamos próximos en llegar a la casa cuando escuche la suave vocecilla de Alice.
-Vaya… ni siquiera pude verles venir… -dijo al mismo tiempo que miraba a Esme y Carlisle-.
A decir verdad no entendía lo que estaba hablando, y me limite a seguir caminando, y como Alice me había dado algunas flores, me dirigí hacia la pequeña cabaña para poder sentarme, algo que en particular me llamo la atención en ese instante fueron dos cosas, la primera fue una de las flores que llevaba en la pequeña canastita, era rara, jamás había visto una igual, tenía un color azul, un azul turquesa, y estaba extremadamente rellena de pétalos, sin duda, le pediría a Alice que esa fuera para mí. La segunda cosa y para mí la más extraña, por decirlo de alguna forma, ya que observando atentamente que lo tenía a unos escasos 6 metros de distancia y tenía el mismo aspecto que los Cullen: joven, piel pálida, sus características ojeras, tenía el cabello revuelto de un color rojizo, y no pude evitar mirar esos ojos color caramelo que me examinaban con detenimiento, mirando como Edward miraba como ese desconocido me observaba, incluso sentí un escalofrió. No tenía idea de quién era el, tal vez podría ser algún amigo de los Cullen o algún primo lejano. Casi mire en cámara lenta como Edward se acercaba a mí.
-¿Bella? –sentí que me llamaba en forma de pregunta-.
-¿Qué pasa? ¿Quién es él? – mis palabras salieron estrepitosamente, además de no estar segura de haber querido preguntar eso-.
Me golpee internamente, no entendí como es que pregunte eso, bueno tal vez fue una reacción instintiva, pero estaba deseando haberle dicho –si Edward, ¿Qué sucede? o amor como estas justo llegamos- pero no, mis palabras salieron disparadas y con urgencia.
Edward suspiro.
-Son unos amigos de Carlisle.
-¿Son? Pero si solo veo a uno –le dije incrédulamente-.
-Bueno, Anne está adentro con Rosalie.
-Ohh
-Ven Bella, ven conmigo.
No sé si estaba asustada. Edward me tomo de la mano para después pasar su brazo por mi cintura. Nos dirigimos hacia la casa. Donde nos encontraríamos Carlisle, Emmett y Alice. Supuse que Esme estaba preparando mi comida y que Jasper se encontraba con Rose y Anne.
-Bueno… Ethan ella es mi Bella –dijo en un tono de virtuosísimo- Bella, el es Ethan.
Bueno al menos el desconocido tenía nombre.
-Hola Bella, es un enorme placer conocerte. –me dijo al mismo tiempo que extendió su pálida mano hacia mí-
No estaba muy segura en lo que debía hacer, pero me vería muy grosera si no le daba la mano. Mire a Carlisle y Alice que estaban enfrente de mí, ellos solo se miraron; así que volví mi mirada a Edward, el me la devolvió melancólicamente, no entendía su expresión, pero supuse que estaría bien que le regresara el saludo al tal Ethan.
-Hola… mucho gusto – le dije al mismo tiempo que tomaba su mano-
No me impresiono lo frio de ella. Nuestro saludo no duro mucho; Carlisle comenzó hablar.
-Ethan es una gran sorpresa que estén por aquí, estamos muy complacidos de su visita –le dijo Carlisle en tono muy cortes y amable-.
Ni siquiera recordé lo que iba a decir después del tuya ya que los labios de Edward silenciaron los míos, pero esta vez los sentí deferentes, transmitían demasiada necesidad por los míos y su mano en esta ocasión en vez de retener las mías estaba aferrada a mi cintura, apretándome contra él, así que mis manos libres para poder tocar su hermoso cuerpo. Lo que duramos besándonos para mi resulto una milésima de segundo y es que nunca me saciaba de sus besos siempre quería que volviera a besarme, pero ya había apartado su rostro del mío para que pudiera volver a intentarlo.
-Ha sido demasiada acción por esta noche, deberías dormirte ya –dijo entrecortadamente-.
-Eso solo ha sido apenas el comienzo –le dije mientras me acercaba de nuevo a él-.
No podía expresar la profunda tranquilidad que sentía al estar abrazada junto a él, poder tocarlo, poder aspirar su delicioso aroma, poder sentirlo, sentir como me abrazaba. No sé en qué momento mis ojos se cerraron y me perdí en sus brazos.
La llegada de mi madre había caído de maravilla ya que estaba segura que ella suavizaría las cosas con Charlie –Alice y Esme habían hablado con Charlie de nuestro viaje y como era de esperarse había puesto el grito en el cielo, pero gracias a dios había accedido, claro quién podía resistirse a la dulzura de Esme y a la insistencia de Alice, lo único que escuche a Alice decirle a Charlie fue que me cuidarían bien- ya que yo le había contado por teléfono de mi viaje con los Cullen -era un alivio que ella no se hubiera opuesto-. Pero siempre tenía que ocurrir algo… algo que importunara mi felicidad, -¿es que Jacob no irá con ustedes Bella?- es lo que mi querida mama había preguntado justo en la cena de navidad en casa de Charlie donde estaba segura que Edward, Carlisle, Esme, Alice, Emmett y Rosalie –incluso Rose había accedido a ira a mi casa esta noche- habían escuchado ya que automáticamente me miraron y claro yo, me sonroje –no mama, el no irá- fue lo único que pude decir. No era que hubiera olvidado a mi amigo licántropo ya que mi padre se encargaba de recordármelo a diario pero hacía mucho tiempo que Jacob no me contestaba las llamadas, claro se había molestado por que había regresado con Edward. Pero aun así Charlie insistía en que fuera a visitarlo –no es que no lo haya hecho, es solo que Jacob según esto no estaba, bueno al menos eso me había dicho Billy- solo que ya no quise insistir.
Me sentí extraña esa noche, no sé porque razón recordé la navidad pasada, cuando Edward me había dejado, había sido la peor de mi existencia, pero ahora, justo en este momento, cuando presencie la sala de Charlie con un pequeño pinito de navidad y pequeños foquitos de colores que Alice había decorado y el centro de mesa que Esme había traído, justo en ese momento vi en cámara lenta a cada uno de los miembros de mi familia, mi madre y mi padre junto con los Cullen, –aunque sabía que Charlie aun estaba molesto por la presencia de Edward, no pudo evitar su alegría ante tanta gente reunida, algo que pocas veces se veía en la casa- solo hasta entonces entendí la tremenda alegría que sentí en ese momento. Edward se acerco a rodearme con sus brazos, eso sin duda era el mejor regalo de navidad, pero como a Edward no le pareció así ya había comprado un pequeño dije en forma de gota para mi, claro en ese momento me beso y no pude reclamarle el obsequio.
Todo estaba preparado para nuestro viaje, Alice me había ayudado a hacer mi maleta y sentí que llevaba demasiada ropa, pero ella dijo que era lo necesario para una chica, así que para no discutir con ella lo deje así. Ella estaba conmigo en la casa esperando a que pasaran por nosotras, para mi aun era un misterio a donde es que iríamos, nadie me había querido decir nada, ni siquiera Carlisle, así que tuve que dar por olvidado el tema, pero me había preocupado de nuevo por otra cosa que según para Edward era insignificante: mi comida. Yo no ponía objeción en nada al contrario me encantaba la idea del viaje solo que tenía que saber que era lo que iba a comer, pero para mi sorpresa Edward ya había pensado en todo, Esme amablemente cocinaría para mí algo que me dio demasiada pena pero Edward me había dicho que ella se había ofrecido –Bella no te preocupes, enserio mi amor, a Esme no le
molesta en lo mas mínimo al contrario me ha dicho que le recuerda a cuando era humana, además está encantada de hacerlo- y aun así me sentía algo apenada.
Sentí que transcurrió solo un minuto desde que Edward le llamo a Alice para decir que ya venían, cuando salimos de la casa ya estaban ahí. Emmett había traído su impresionante Jeep y Edward manejaba el Mercedes de Carlisle; Rosalie, Esme y Carlisle iban con Emmett entonces deduje que Alice y yo iríamos con Edward y Jasper. En ese momento pensé que Edward manejaría pero después de meter mis maletas al coche de Carlisle subimos al asiento trasero ya que Jasper y Alice irían enfrente, pues ella manejaría.
Después de unas horas la noche empezó a caer, y Edward me cauno en sus brazos, no sin antes envolverme en una sabana que había traído; ni siquiera podía escuchar el sonido del motor del auto, era demasiado silencioso, tanto que me arrullaba, hasta que sentí que mis ojos empezaban a cerrarse, tampoco oí la conversación de Alice y Jasper, lo único que sentí al final antes de que se produjera mi inconsciencia fueron los labios de Edward en los míos.
Cuando abrí los ojos me sentía algo acalambrada, aun sentía el frio cuerpo de Edward junto a mí.
-Bueno días Bella durmiente –me dijo sonriéndome-
-Buenos días…Ohh ¿he dormido mucho? ¿Ya llegamos? –le dije un poco adormecida-
-Bueno has dormido suficiente, pero no creo que hayas descansado bien –me decía al mismo tiempo que acomodaba mi enmarañado cabello- y si, ya hemos llegado.
-Bueno entonces salgamos de aquí.
Edward reprimió una risita y salió primero del coche para después ayudarme a mí. Ni siquiera me había percatado de que Alice y Jasper no se encontraban ahí. Me di cuenta después que los vi sentados juntos en un pequeño corredor de una cabaña. Que estaba alado de la gran casa. Esta era preciosa tenía un tenue color caoba había una pequeña estancia en la parte de enfrente de ella donde estaban unos sillones de madera cubiertos de una tela esponjosa color cuero, de un lado de ese mismo corredor estaba un pequeño sillón que colgaba en forma de columpio, justo alado de la hermosa casa estaba la pequeña cabaña era una clásica como las que salían en las películas. Edward que se encontraba a mi lado noto mi asombro.
-No es tan bonito como tal vez te lo habías imaginado…pero es acogedor –dijo en un tono melancólico-.
-¡Edward!... como puedes decir eso, es precioso y claro que me gusta.
-Bueno si quieres podemos ir al lago mas tarde para que puedas ver como se oculta el sol, Alice me dijo que habría un poco de sol. Pero ahora deberías comer algo –me dijo al mismo tiempo que me tomo de la mano-.
No podía acostumbrarme a tanta felicidad que sentía, ya teníamos una semana ahí y me parecía que llevábamos una eternidad, las constantes salidas en las que Edward me llevaba de paseo por el bosque espeso, incluso Edward y yo salíamos con Alice, Jasper, Emmet y Rosalie a caminar bueno a veces a correr o de vez en cuando Emmett, Jasper y Edward se ponían a jugar carreras como niños pequeños mientas nosotras los mirábamos y la forma tan cómica en que Emmet se enojaba cuando Jasper o Edward le ganaban. Todo era perfecto, aun mas para mí la noche, en ese instante en que tenia a Edward para mi sola, le había pedido que durmiéramos juntos, por decirlo de alguna forma, guardando la pequeña esperanza de que Edward dejara a tras ese miedo que tenia a hacerme daño si hacíamos el amor, pero hasta ahora era inútil, aunque en algunas ocasiones lo sentía demasiado necesitado de mi así como yo de él, pero rápidamente se esfumaban las pocas esperanzas que acumulaba.
La mañana era hermosa, se podía ver a lo lejos del horizonte unos pequeños rayos de sol escapándose de entre las nubes, cuando Alice y yo habíamos salido con Carlisle y Esme según ella para cortar flores que según Alice usaría para ambientar la casa –algo que estaba fuera de lugar, pero claro conociendo a Alice, ella siempre tenía que estar haciendo algo, y como cerca de la casa había gran variedad de flores raras-, solo que no entendía para que quería hacer eso si de hecho nadie le prestaría mucha atención, tal vez solo me supuse que estaba aburrida, de hecho me había parecido algo extraño el hecho de que nosotros tres hubiéramos ido con ella, ya que ni Jasper, Edward y Emmett la hubieran podido acompañar alegando que tenían que ayudar a Jasper con la tubería de agua que había roto sin querer, y ni hablar de Rosalie que había objetado que estropearía su cabello que acababa de cepillar así que dándose cuenta de esto Esme y Carlisle se ofrecieron amablemente en ir con nosotras. De hecho me pareció algo sumamente nuevo ver como Carlisle miraba a Esme; podía ver el amor que se tenían, algo que ni siquiera había notado en el tiempo que tenia de conocerlos.
Estábamos próximos en llegar a la casa cuando escuche la suave vocecilla de Alice.
-Vaya… ni siquiera pude verles venir… -dijo al mismo tiempo que miraba a Esme y Carlisle-.
A decir verdad no entendía lo que estaba hablando, y me limite a seguir caminando, y como Alice me había dado algunas flores, me dirigí hacia la pequeña cabaña para poder sentarme, algo que en particular me llamo la atención en ese instante fueron dos cosas, la primera fue una de las flores que llevaba en la pequeña canastita, era rara, jamás había visto una igual, tenía un color azul, un azul turquesa, y estaba extremadamente rellena de pétalos, sin duda, le pediría a Alice que esa fuera para mí. La segunda cosa y para mí la más extraña, por decirlo de alguna forma, ya que observando atentamente que lo tenía a unos escasos 6 metros de distancia y tenía el mismo aspecto que los Cullen: joven, piel pálida, sus características ojeras, tenía el cabello revuelto de un color rojizo, y no pude evitar mirar esos ojos color caramelo que me examinaban con detenimiento, mirando como Edward miraba como ese desconocido me observaba, incluso sentí un escalofrió. No tenía idea de quién era el, tal vez podría ser algún amigo de los Cullen o algún primo lejano. Casi mire en cámara lenta como Edward se acercaba a mí.
-¿Bella? –sentí que me llamaba en forma de pregunta-.
-¿Qué pasa? ¿Quién es él? – mis palabras salieron estrepitosamente, además de no estar segura de haber querido preguntar eso-.
Me golpee internamente, no entendí como es que pregunte eso, bueno tal vez fue una reacción instintiva, pero estaba deseando haberle dicho –si Edward, ¿Qué sucede? o amor como estas justo llegamos- pero no, mis palabras salieron disparadas y con urgencia.
Edward suspiro.
-Son unos amigos de Carlisle.
-¿Son? Pero si solo veo a uno –le dije incrédulamente-.
-Bueno, Anne está adentro con Rosalie.
-Ohh
-Ven Bella, ven conmigo.
No sé si estaba asustada. Edward me tomo de la mano para después pasar su brazo por mi cintura. Nos dirigimos hacia la casa. Donde nos encontraríamos Carlisle, Emmett y Alice. Supuse que Esme estaba preparando mi comida y que Jasper se encontraba con Rose y Anne.
-Bueno… Ethan ella es mi Bella –dijo en un tono de virtuosísimo- Bella, el es Ethan.
Bueno al menos el desconocido tenía nombre.
-Hola Bella, es un enorme placer conocerte. –me dijo al mismo tiempo que extendió su pálida mano hacia mí-
No estaba muy segura en lo que debía hacer, pero me vería muy grosera si no le daba la mano. Mire a Carlisle y Alice que estaban enfrente de mí, ellos solo se miraron; así que volví mi mirada a Edward, el me la devolvió melancólicamente, no entendía su expresión, pero supuse que estaría bien que le regresara el saludo al tal Ethan.
-Hola… mucho gusto – le dije al mismo tiempo que tomaba su mano-
No me impresiono lo frio de ella. Nuestro saludo no duro mucho; Carlisle comenzó hablar.
-Ethan es una gran sorpresa que estén por aquí, estamos muy complacidos de su visita –le dijo Carlisle en tono muy cortes y amable-.
Re: Después del Atardecer
-Bueno Carlisle Anne los olio, así que decidimos pasar a verlos, Rose nos ofreció quedarnos, nos dijo que estaban de vacaciones, pero no nos quedaremos mucho si acaso 2 días… bueno si nos lo permites.
-Claro Ethan tu sabes que son bienvenidos aquí.
En ese momento Edward me jalo a su lado para entrar a la casa, aun estaba un poco atolondrada, pero cuando voltee mi cara hacia ellos pude ver la insistente mirada que el vampiro me lanzaba aunque todavía estuviera hablando con Carlisle, a mi lado pude sentir como Edward se envaro.
Estaba completamente segura de que era más de media noche; sentí que había dormido demasiado, aun con los ojos cerrados deslice mi mano del lado de la cama donde estaba recostado Edward, pero no lo sentí.
-¿Edward? –demande con desesperación, al mismo tiempo que habría los ojos-
-Shh, tranquila aquí estoy, solo me levante un momento… te vi profundamente dormida y me acerque a la ventana a contemplar la luna… está muy bonita –me decía al mismo tiempo que entraba bajo las cobijas y me abrazaba-.
-No me hubiera molestado, al contrario sabes que me encanta verla contigo.
-Lo sé pero no fui capaz de interrumpir tu sueño. No era justo despertarte, además me encanta verte dormir Bella.
En ese momento su rostro estuvo muy cerca del mío, tanto que en lo único que pensé fue en acercar mi boca para poder besarlo. En cuanto nuestros labios se encontraron mi brazos se enroscaron en su cuello, las manos de Edward esta vez llegaron más allá de la cautela que él había establecido, una de sus manos recorrió todo mi cuerpo, mientras la otra toca mi piel de la parte de mi espalda baja, algo que sin duda hizo que tuviera un estremecimiento, estaba segura que no era por su frio contacto, sino mas bien era un estremecimiento de placer, podía sentir su cuerpo contra el mío; una de mis manos se libero de su cuello para llegar hasta su pecho, pero fue demasiado tarde, porque Edward ya había deshecho el beso.
-Deberías volver a dormir –me dijo casi jadeando, algo sumamente raro en el-.
-No creo que pueda, mi corazón está a punto de salirse.
-Disculpa no ha sido mi intención –lo dijo en un tono de inocencia-.
Me acomode frente a él para poder mirarlo y esperar a que mi pobre corazón se calmara. Edward hizo lo mismo, me miraba fijamente, sentía que sus ojos atravesaban los míos, buscando algo que no puede deducir, después de un rato pude sentir como el sueño volvía apoderarse de mí, y quede inconsciente de nuevo en sus brazos.
Jamás hubiera pensado que Ethan me fuera a caer tan bien, él y Anne –Anne era hermosa y amigable tenía el cabello lacio y largo de un rojo intenso- habían sido muy amables conmigo. Ya llevaban ahí 3 días, en los que me habían contado casi toda su existencia desde su transformación hasta como conocieron a los Cullen, en donde habían estado; ellos compartían la mayora de las ideas de la familia de Edward, no vivían sangre humana. Había notado lago extraño en Ethan, cada vez que el me miraba, notaba demasiado entusiasmo es su voz cuando se dirigía hacia mí. Pero no quise darle importancia. Aunque también notaba algo raro en Edward, eso si me preocupaba.
Esa tarde Edward había salido a cazar –bueno eso me había dicho Alice-, no me gusto que saliera de esa manera, sin ni siquiera decirme y Ethan noto mi nerviosismo.
-¿Estás bien Bella? –dijo el de una forma muy cortés-.
-Si claro, no es nada –le dije mientras acariciaba nerviosamente mi mano donde tenía la cicatriz de media luna-.
-Lo extrañas no es así –hubiera parecido más bien una pregunta, pero era solamente la constatación de un hecho que jamás iba a negarle a nadie en el mundo-.
-Si… es que es raro, pero Edward y yo estamos… conectados.
-Si… lo he notado. Edward es muy afortunado Bella.
Podría haber jurado que era producto de mi imaginación, pero la voz de Ethan transmitía melancolía mezclada con dolor y tristeza. Yo no pude contestarle nada a lo que me había dicho, acaso me estaba insinuando algo de lo que yo no me estaba dando cuenta. Ethan me miraba directo a los ojos como queriendo comunicarme algo de lo que yo no me pude percatar.
-Bueno Bella… me despido, Anne y yo nos vamos. Tenemos que seguir con nuestro camino.
-Fue un placer conocerlos –no pude decir otra cosa-
En un momento todos los Cullen menos Edward, salieron para despedirse, Esme y Carlisle deseándoles un buen viaje. Anne me busco para poder abrazarme –fue lo más raro que pudo haberme ocurrido en ese momento, la hermosa vampira abrazándome; ella me había dicho lo mucho que le recordaba a su hermana muerta-, después de eso Ethan y Anne partieron. Yo me volví hacía Alice.
-Alice… ¿A dónde fue exactamente?
-Al lago –respondió dudosamente-.
-Entonces no fue a cazar ¿verdad?
-Amm pues… creo que no exactamente…
-Por favor dime lo que pasa.
Alice suspiro y en ese momento Emmett y Jasper me miraron, no lo entendía, acaso algo muy malo estaba pasando y yo ni siquiera lo sabía. Alice camino hacia la pequeña cabaña y yo fui tras ella.
-Creo que no te diste cuenta ¿verdad? –empezó diciéndome-.
-No estoy segura de lo que me estás hablando. –Alice volvió a suspirar-.
-Bella… le gustaste a Ethan… y no lo digo de la manera por como hueles, bueno esa sería una manera, pero él vio algo más en ti, te vio como… a una mujer, bueno quiero decir, eres mujer, pero… una mujer de la que él se enamoro, Edward lo pudo escuchar, no es que él estuviera vigilándolo ya sabes no lo puede evitar, así que bueno… como Edward te vio un poco entusiasmada con él… -yo no le di tiempo de terminar de hablar-.
-Cómo es posible que el piense eso!! Alice tu sabes cuánto lo amo –le reclame con desesperación-.
-Si yo lo sé, pero Bella, eres humana, los humanos cambian de parecer… mira… para nosotros el amor es algo que se queda, algo que ya no se va, algo que se estanca, algo que nunca cambia como desde el momento en el que nos transformamos, pero para los humanos, el amor puede cambiar, ustedes pueden olvidar.
En ese momento sentí otro déjà vu, aunque tuviera que estar enojada con Edward, ella tenía razón.
-El te ama Bella, eso no lo dudes… pero tampoco te retendrá si tu no lo deseas –dijo sonriendo amablemente-.
En un instante mi cabeza recreo las veces en que platique con Ethan, pero, como era posible que ese vampiro me quisiera de alguna manera, no lo lograba entender, a decir verdad yo nunca le había dado un motivo para que el pudiera creer eso no que yo me diera cuenta. Pero estaba segura que por alguna razón él nunca me insinuó nada. Tal vez Ethan había visto algo muy claro... que yo amaba a Edward, el lo había visto muchas veces, las horas que pasábamos juntos, la forma en que nos mirábamos, cuando él me besaba, sin duda el lo entendió, no había nada en el mundo que pudiera competir con eso, nada podía borrar el amor que yo sentía por Edward. Lo había entendido, yo jamás le correspondería.
-Iré a buscarlo, se donde queda –le dije a Alice, ella solo me miro-
Me aleje rápidamente de ahí. El lago no quedaba muy lejos de la casa, así que no tarde mucho en llegar, a pesar de que había algunas nubes en el cielo, se podían observar unos tenues rayos de sol del atardecer; y ahí estaba Edward, sentado bajo el gran árbol que estaba junto al hermoso lago.
-Estaba a punto de regresar –me dijo el al mismo tiempo que se volvía hacia mi-.
Había escuchado sus palabras, pero lo único que hice fue correr a sus brazos. El sin dudarlo me acuno en ellos.
-Cómo es posible que pienses así –le demande intentando sonar molesta- tu sabes que eres mi vida, mi existencia, sabes cuánto es que te amo.
Puso su mano bajo mi barbilla para poder mirarme a los ojos.
-Bella, yo nunca te retendría a la fuerza, eres lo que más amo, eres mi razón de seguir existiendo.
-Yo solo te amo a ti –le dije-. Jamás preferiría a nadie –aun seguía mirándome con melancolía como si le doliera algo-.
-El estaba muy decidido a decírtelo, ¿es que no te lo dijo?
-Edward –le dije claramente- si lo hubiera hecho, como es que hubiera podido el competir contigo –Edward quiso decir algo, pero coloque mi mano en sus boca- es que no has visto, como es que me pongo cuando me besas, cuando me tocas… ¿ya le has preguntado a Emmett? a ¿Jasper? a ¿Carlisle?... Edward, yo nací para ti, tú me has dicho que me has esperado por casi un siglo… yo soy solo tuya Edward y siempre lo seré.
Eso era más que la verdad aunque Ethan me hubiera hecho alguna insinuación, jamás le hubiera correspondido.
-Tú lo sabes también Bella, solo soy tuyo, para siempre eso nunca cambiara.
No hubo más que decir en ese momento, en que un pequeño y tenue rayo de sol pasó por su cabello, Edward tomo entre sus brazos y me beso; me extasiaba el dulce sabor y lo que sus labios me producían. Yo amaba a Edward, eso nunca cambiaria, así muriera mañana, o pasado lo seguiría amando, así me digieran que él era mi muerte lo seguiría amando, por sobre todo y por sobre todos, nadie cambiaria eso, el me había esperado mucho tiempo para amarme solo a mí, yo era suya.
Detrás de nosotros el atardecer desaparecía con los últimos y débiles rayos de sol de ese día.
-Claro Ethan tu sabes que son bienvenidos aquí.
En ese momento Edward me jalo a su lado para entrar a la casa, aun estaba un poco atolondrada, pero cuando voltee mi cara hacia ellos pude ver la insistente mirada que el vampiro me lanzaba aunque todavía estuviera hablando con Carlisle, a mi lado pude sentir como Edward se envaro.
Estaba completamente segura de que era más de media noche; sentí que había dormido demasiado, aun con los ojos cerrados deslice mi mano del lado de la cama donde estaba recostado Edward, pero no lo sentí.
-¿Edward? –demande con desesperación, al mismo tiempo que habría los ojos-
-Shh, tranquila aquí estoy, solo me levante un momento… te vi profundamente dormida y me acerque a la ventana a contemplar la luna… está muy bonita –me decía al mismo tiempo que entraba bajo las cobijas y me abrazaba-.
-No me hubiera molestado, al contrario sabes que me encanta verla contigo.
-Lo sé pero no fui capaz de interrumpir tu sueño. No era justo despertarte, además me encanta verte dormir Bella.
En ese momento su rostro estuvo muy cerca del mío, tanto que en lo único que pensé fue en acercar mi boca para poder besarlo. En cuanto nuestros labios se encontraron mi brazos se enroscaron en su cuello, las manos de Edward esta vez llegaron más allá de la cautela que él había establecido, una de sus manos recorrió todo mi cuerpo, mientras la otra toca mi piel de la parte de mi espalda baja, algo que sin duda hizo que tuviera un estremecimiento, estaba segura que no era por su frio contacto, sino mas bien era un estremecimiento de placer, podía sentir su cuerpo contra el mío; una de mis manos se libero de su cuello para llegar hasta su pecho, pero fue demasiado tarde, porque Edward ya había deshecho el beso.
-Deberías volver a dormir –me dijo casi jadeando, algo sumamente raro en el-.
-No creo que pueda, mi corazón está a punto de salirse.
-Disculpa no ha sido mi intención –lo dijo en un tono de inocencia-.
Me acomode frente a él para poder mirarlo y esperar a que mi pobre corazón se calmara. Edward hizo lo mismo, me miraba fijamente, sentía que sus ojos atravesaban los míos, buscando algo que no puede deducir, después de un rato pude sentir como el sueño volvía apoderarse de mí, y quede inconsciente de nuevo en sus brazos.
Jamás hubiera pensado que Ethan me fuera a caer tan bien, él y Anne –Anne era hermosa y amigable tenía el cabello lacio y largo de un rojo intenso- habían sido muy amables conmigo. Ya llevaban ahí 3 días, en los que me habían contado casi toda su existencia desde su transformación hasta como conocieron a los Cullen, en donde habían estado; ellos compartían la mayora de las ideas de la familia de Edward, no vivían sangre humana. Había notado lago extraño en Ethan, cada vez que el me miraba, notaba demasiado entusiasmo es su voz cuando se dirigía hacia mí. Pero no quise darle importancia. Aunque también notaba algo raro en Edward, eso si me preocupaba.
Esa tarde Edward había salido a cazar –bueno eso me había dicho Alice-, no me gusto que saliera de esa manera, sin ni siquiera decirme y Ethan noto mi nerviosismo.
-¿Estás bien Bella? –dijo el de una forma muy cortés-.
-Si claro, no es nada –le dije mientras acariciaba nerviosamente mi mano donde tenía la cicatriz de media luna-.
-Lo extrañas no es así –hubiera parecido más bien una pregunta, pero era solamente la constatación de un hecho que jamás iba a negarle a nadie en el mundo-.
-Si… es que es raro, pero Edward y yo estamos… conectados.
-Si… lo he notado. Edward es muy afortunado Bella.
Podría haber jurado que era producto de mi imaginación, pero la voz de Ethan transmitía melancolía mezclada con dolor y tristeza. Yo no pude contestarle nada a lo que me había dicho, acaso me estaba insinuando algo de lo que yo no me estaba dando cuenta. Ethan me miraba directo a los ojos como queriendo comunicarme algo de lo que yo no me pude percatar.
-Bueno Bella… me despido, Anne y yo nos vamos. Tenemos que seguir con nuestro camino.
-Fue un placer conocerlos –no pude decir otra cosa-
En un momento todos los Cullen menos Edward, salieron para despedirse, Esme y Carlisle deseándoles un buen viaje. Anne me busco para poder abrazarme –fue lo más raro que pudo haberme ocurrido en ese momento, la hermosa vampira abrazándome; ella me había dicho lo mucho que le recordaba a su hermana muerta-, después de eso Ethan y Anne partieron. Yo me volví hacía Alice.
-Alice… ¿A dónde fue exactamente?
-Al lago –respondió dudosamente-.
-Entonces no fue a cazar ¿verdad?
-Amm pues… creo que no exactamente…
-Por favor dime lo que pasa.
Alice suspiro y en ese momento Emmett y Jasper me miraron, no lo entendía, acaso algo muy malo estaba pasando y yo ni siquiera lo sabía. Alice camino hacia la pequeña cabaña y yo fui tras ella.
-Creo que no te diste cuenta ¿verdad? –empezó diciéndome-.
-No estoy segura de lo que me estás hablando. –Alice volvió a suspirar-.
-Bella… le gustaste a Ethan… y no lo digo de la manera por como hueles, bueno esa sería una manera, pero él vio algo más en ti, te vio como… a una mujer, bueno quiero decir, eres mujer, pero… una mujer de la que él se enamoro, Edward lo pudo escuchar, no es que él estuviera vigilándolo ya sabes no lo puede evitar, así que bueno… como Edward te vio un poco entusiasmada con él… -yo no le di tiempo de terminar de hablar-.
-Cómo es posible que el piense eso!! Alice tu sabes cuánto lo amo –le reclame con desesperación-.
-Si yo lo sé, pero Bella, eres humana, los humanos cambian de parecer… mira… para nosotros el amor es algo que se queda, algo que ya no se va, algo que se estanca, algo que nunca cambia como desde el momento en el que nos transformamos, pero para los humanos, el amor puede cambiar, ustedes pueden olvidar.
En ese momento sentí otro déjà vu, aunque tuviera que estar enojada con Edward, ella tenía razón.
-El te ama Bella, eso no lo dudes… pero tampoco te retendrá si tu no lo deseas –dijo sonriendo amablemente-.
En un instante mi cabeza recreo las veces en que platique con Ethan, pero, como era posible que ese vampiro me quisiera de alguna manera, no lo lograba entender, a decir verdad yo nunca le había dado un motivo para que el pudiera creer eso no que yo me diera cuenta. Pero estaba segura que por alguna razón él nunca me insinuó nada. Tal vez Ethan había visto algo muy claro... que yo amaba a Edward, el lo había visto muchas veces, las horas que pasábamos juntos, la forma en que nos mirábamos, cuando él me besaba, sin duda el lo entendió, no había nada en el mundo que pudiera competir con eso, nada podía borrar el amor que yo sentía por Edward. Lo había entendido, yo jamás le correspondería.
-Iré a buscarlo, se donde queda –le dije a Alice, ella solo me miro-
Me aleje rápidamente de ahí. El lago no quedaba muy lejos de la casa, así que no tarde mucho en llegar, a pesar de que había algunas nubes en el cielo, se podían observar unos tenues rayos de sol del atardecer; y ahí estaba Edward, sentado bajo el gran árbol que estaba junto al hermoso lago.
-Estaba a punto de regresar –me dijo el al mismo tiempo que se volvía hacia mi-.
Había escuchado sus palabras, pero lo único que hice fue correr a sus brazos. El sin dudarlo me acuno en ellos.
-Cómo es posible que pienses así –le demande intentando sonar molesta- tu sabes que eres mi vida, mi existencia, sabes cuánto es que te amo.
Puso su mano bajo mi barbilla para poder mirarme a los ojos.
-Bella, yo nunca te retendría a la fuerza, eres lo que más amo, eres mi razón de seguir existiendo.
-Yo solo te amo a ti –le dije-. Jamás preferiría a nadie –aun seguía mirándome con melancolía como si le doliera algo-.
-El estaba muy decidido a decírtelo, ¿es que no te lo dijo?
-Edward –le dije claramente- si lo hubiera hecho, como es que hubiera podido el competir contigo –Edward quiso decir algo, pero coloque mi mano en sus boca- es que no has visto, como es que me pongo cuando me besas, cuando me tocas… ¿ya le has preguntado a Emmett? a ¿Jasper? a ¿Carlisle?... Edward, yo nací para ti, tú me has dicho que me has esperado por casi un siglo… yo soy solo tuya Edward y siempre lo seré.
Eso era más que la verdad aunque Ethan me hubiera hecho alguna insinuación, jamás le hubiera correspondido.
-Tú lo sabes también Bella, solo soy tuyo, para siempre eso nunca cambiara.
No hubo más que decir en ese momento, en que un pequeño y tenue rayo de sol pasó por su cabello, Edward tomo entre sus brazos y me beso; me extasiaba el dulce sabor y lo que sus labios me producían. Yo amaba a Edward, eso nunca cambiaria, así muriera mañana, o pasado lo seguiría amando, así me digieran que él era mi muerte lo seguiría amando, por sobre todo y por sobre todos, nadie cambiaria eso, el me había esperado mucho tiempo para amarme solo a mí, yo era suya.
Detrás de nosotros el atardecer desaparecía con los últimos y débiles rayos de sol de ese día.
FIN
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