Dulce Aroma...

Habia llamado mi atención desde el primer día de clases. Era una chica muy atractiva y estaba... sola. Era mi oportunidad para entablar una charla con ella. Me acerqué lentamente, hasta ponerme a un costado de ella.

-Hola - le dije con la voz más seductora que tenía, nunca fallaba- Eres una niña muy linda ¿lo sabías? no he podido apartar mi vista de tí ni un sólo momento. - la miré de arriba abajo, tenía un cuerpo escultural- ¿Cuál es el nombre de ésta bella mujer?

Al escuchar el apellido Cullen, no pude dejar de pensar en mi buena suerte, si era uno de ellos, JE! Algo bueno se avecinaba, porque todos ellos eran de una familia acomodada, de mucho abolengo y lo mejor de todo... Mucho dinero. Convenía ganarme su amistad como primer paso y después... Sonreí porque yo siempre me salía con la mía.

-Espera Renesmee- la detuve suave y delicadamente por su pequeño brazo (pequeño a comparación de los míos) - No te vayas. Yo, me preguntaba, si... ¿te gustaría almorzar conmigo? me refiero en la cafetería, tu sabes, platicar un poco.

-Yo no veo a tu novio por ningún lado- le dije queriendo aparentar una broma, aunque en realidad el comentario de "novio" me había calado pero, nada que no se pudiera remediar en un futuro próximo, ya me las ingeniaria para sacarlo del paso- Será sólo una charla de amigos linda, no te preocupes, sólo quiero conocerte un poco más, eso es todo, no siempre puedes conocer gente tan interesante- volví a mostarle mi sonrisa derretidora.

-Te ves mucho más linda cuando te sonrojas Renesmee, el color de tus ojos resalta aún más; pero eso ya te lo han de haber dicho, ¿no es cierto? debes estar acostumbrada a que los chicos te halaguen.

Ella volvió a sonrojarse y esa fué la clave que necesitaba. La chica Cullen era aún muy inexperta con los galanteos. Reduje un poco más la distancia, hasta tenerla a unos cuántos centímetros. Como era mucho más alto que ella, se vio obligada a subir su mirada.

-Anda, vamos a almorzar ¿porqué te lo piensas tanto? - agaché un poco la cabeza hasta estar a su nivel, muy cerca de sus labios- Me portaré bien, lo prometo.

La gatita se estaba poniendo difícil, dándose a desear, como casi todas las chicas del instituto con la clásica frase o pensamiento: "Yo no soy como las demás" - ah, estaban tan trilladas las fracesitas; en el fondo todas las mujeres eran iguales, cortadas con la misma tijera.

-Muy bien Renessme Cullen- grité para que todos en el gimnasio me escucharan, y lo logré, todos voltearon su mirada hacia nosotros- Aceptaré tu invitación a cenar, pasaré por tí a las ocho en punto.

Quería aparentar ser una chica segura de sí misma, pero yo sabía que era todo lo contrario y eso me producía mucha gracia, Renesmee se defendía de todas las maneras posibles de mis galanteos descarados, pero tarde o temprano caería en mis garras, era cuestión de tiempo, algo de paciencia y yo estaba sobrado de ella.

-Pasaré por tí a las ocho.

Hice caso omiso de todo lo que había dicho, me plantaría en cada de los Cullen a toda costa.

Puntos entregados a

Michael Vick: 18

Renesmee Cullen: 23

No olviden ponerlos en su Bóveda.