…Bienvenida?

Cerró los ojos mientras estacionaba instintivamente el coche en la cochera de su pequeña casa en el bosque, apretó los puños y tomó un suspiro, se llenó los pulmones de los nuevos olores del lugar al que recién había llegado y salió del auto. Todo era nuevo, los colores, las sensaciones en su piel, inclusive la lluvia que caía delicada y se estrellaba con su cuerpo pétreo. Escuchaba cada rincón del bosque, cada gota de agua estrellándose en los árboles, los animales que sentían el peligro y corrían a guardarse de su presencia.

Tomó sus pertenencias y entró a la casa, había escuchado ya rumores del lugar pero no quería creer, o por lo menos no estaba segura de que fuera aquél pequeño pueblo en donde las criaturas como ella podían convivir pacíficamente con los humanos, y si era así, era precisamente el lugar en donde debería estar para seguir descifrando su comportamiento sin llamar la atención. El haber pensado en los humanos la hizo recordar el terrible ardor en la garganta. No había cazado en mucho tiempo y si quería convivir con ellos sin ser peligrosa por sus instintos tenía que alimentarse.

Dejó la chaqueta negra que tenía en el suelo y salió por la ventana de su nuevo hogar, el aire frió se estrellaba en su rostro y abrazaba su cabello, le gustó la sensación de velocidad y libertad que podía envolverte en aquél bosque. Siendo la velocidad una de sus mejores cualidades pudo llegar a un lugar adecuado para cazar en poco tiempo, y al detenerse, agudizó sus sentidos. Insectos, conejos, ardillas, ciervos… ¡ciervos! Eso estaba buscando, no había reto implícito pero definitivamente cumpliría el objetivo de controlar su sed.

Puso sus palmas en el suelo, estrechó los hombros y la espalda, se movía lenta, grácil, no hacía ningún sonido. Podía escuchar el latido del corazón del pequeño animal y sentir el calor que emanaba su cuerpo, enmarcó los dientes, dobló las rodillas preparándose para el salto que definiría el destino del indefenso ciervo y…

El sonido de una rama al fracturarse se escuchó a su espalda, un olor peculiar y conocido le llenó la nariz. Cambió su posición de dirección bruscamente y el ciervo corrió al darse cuenta del peligro. Una silueta se dibujó en la parte lateral de un gran árbol, sin duda era también un vampiro. Levana soltó un gruñido gutural desde el fondo de su pecho pues no era de su agrado el ser interrumpida cuando iba a alimentarse.

Pudo darse cuenta de la situación, cerró los ojos, los puños y tomó un gran suspiro, tenía que controlarse pues era nueva en el lugar y no quería problemas de manera tan pronta. Recuperó su compostura, se paró derecha y dijo de manera un tanto agresiva, más por la incomodidad de su garganta que por la criatura frente a ella, - Disculpa, pero me has interrumpido. No era mi intención reaccionar así. Soy Levana. –

Al decir esto conoció inmediatamente la impresión que había causado por los pensamientos de la criatura, solo esperaba que las palabras salieran de su boca pues ésta aún yacía escondida entre los árboles.

Una interrupción accidental. Sus pensamientos me confirmaban sus palabras. A pesar de que la irritación no me había dejado podía sentir la amabilidad de la criatura que tenía al frente. Rubio, su piel nívea brillaba ligeramente con la luna. Era apuesto, no podía negarlo.

-Un placer Derek, acabo de llegar a Forks- Caminé hacié él lentamente, dejando una distancia muy prudente. Era increíble la rapidez con la que me había topado con alguién de mi raza, al parecer, éste si era el lugar que todos profesaban era. - Lamento el espectáculo de hace un momento – dije mientras movía mi cabeza para un lado, señalando el lugar en donde me encontraba en plena caza.

Recargué mi espalda en un enorme árbol, crucé los brazos en mi pecho, no dejaba de observar al vampiro, probablemente por mi falta de convivencia con las criaturas de mi especie debía ser cuidadosa.

De manera repentina y por un instante pude escrutar en la profundidad de sus ojos, era interesante, sus pensamientos eran claros, sinceros. Era dificil encontrar, inclusive entre vampiros a alguién con aquellas características.

- Luna – dije casi en un susurro. Su silenció llevaba una interrogatoria adjunta. - Levana, significa Luna - y levanté mi mirada a mi fuente más grande de inspiración. La luz de ésta me llenó el rostro.

No podía asegurar que su intención en aquél momento era seducirme, pero de alguna forma u otra pude notar que aquél vampiro tenía cierto encanto a su favor. La proximidad llamó mi atención por un momento, el sentir su aliento estrellarse en mis mejillas, sus labios dibujando el contorno de palabras lindas y sus ojos viendo los mios.

Sonreí al momento en que se alejó, yo también podía jugar de aquella forma.

Tomé un suspiro y cambié de posición, me coloqué en el lugar justo detrás de él, la rapidez, a fin de cuentas, siempre ha sido una de mis mejores cualidades, inclusive para un vampiro, su cuerpo se tenzó. Derek me daba la espalda, me levanté de puntillas pegando mis lábios al contorno de su oído – Cuidado con lo que deseas... - y en un instante regresé al arbol, haciendo de aquello un momento imperceptible para cualquier humano.

-No siempre es bueno conocer el pasado de una persona ¿sabes?, más estoy segura, también tienes una gran historia del pasado que contar y algo aún más importante una razón por la que has venido aquí, ¿me equivoco? - En ese momento su cabeza se llenó con sus recuerdos y fui capaz de verlo. Sin duda, una criatura muy interesante.

Esperé atenta sus palabras...

La proximidad era casi peligrosa, no lo tocaba más tenía una ansiedad extrema por hacerlo. Su mirada era fuerte, penetrante, aunque ni sus hermosos ojos podían distraerme de la sensación que despertaban sus dedos pasando lentamente por mi cuello.

Escuchaba atentamente sus palabras en un intento fallido de recuperar mi cabeza de mis sentidos, no me costó mucho trabajo después de escuchar su primera afirmación. “Mi pasado es… difícil” le dije mientras escrutaba de manera más profunda en su cabeza, esta vez me descubrió, solté una risilla leve ante la fascinación que me causaba la manera en que trabajaba su mente. “Me eres una criatura interesante, eso es todo…” y levanté los hombros de manera ingenua.

Fijé mis ojos en los suyos y sonreí ampliamente - “No temo por mí” - le dije en un susurro mirándolo. Las puntas de mis dedos encontraron su antebrazo, bajé por éste, lenta y suavemente, hasta toparme con su codo y lo empujé hacia mí, colocando su brazo alrededor de mi cintura. Mi mano libre dibujó camino hasta su nuca y lo acerque a mi rostro, ferozmente pero sin mayor fuerza de la necesaria, tenía su rostro a milímetros del mío.

Sentía su aliento en la punta de mi lengua y su aroma me llenaba los pulmones. “Temo por ti… Derek” dije dibujando cada palabra con mis labios y sonriendo nuevamente…

Me había soltado, más aquella estela de atracción que había sentido hacía él seguía presente. Quería vencer aquél diminuto espacio que separaba mis labios de los suyos. Rozó mi nariz, acerqué un poco más su rostro al mío.

Su voz me envolvió por completo, mis sentidos se alteraron. Sus palabras iban acompañadas de todos sus recuerdos. Las imágenes comenzaban a abrumar mi cabeza y caí de rodillas. Realmente este vampiro era algo diferente.

Agache la cabeza liberándolo de mi abrazo, al caer sentí su cuerpo acercándose al mío, al subir la mirada lo vi directamente a los ojos…

Al ver sus ojos pude ver todos los deseos que desbordaba, podía sentirlos como propios. Era una sensación irracional, tu cuerpo se desconectaba por completo de tu mente e inclusive mantener la vista en el mismo lugar se volvía complicado. Moriría si no se acercaba a besarme pronto, pues a pesar de mi control era complicado mantener la compostura si sus pensamientos se dirigían a aquella dirección y con aquellas intenciones.

Y de pronto cambió, el sentido de sus pensamientos era diferente, difícil de interpretar. Mi mente volvió a su sitio por un momento y después, besó la comisura de mis labios, su aliento y su cercanía envolvieron lo que me quedaba de cordura.

Su voz regresó mi cabeza y el tiempo al lugar en donde deberían estar. Sonreí debido a lo que pasaba por mi mente. Había cometido un error y no volvería a suceder, no como aquella vez…
Acepté su mano más jale con fuerza, aseguré su cabeza con mi brazo y acerqué mis labios a los suyos. Lo besé lentamente, aumentando el ritmo poco a poco, se volvió apasionado, sentía como acercaba mi cuerpo al suyo con sus brazos, sosteniéndome fuertemente. Me libre con fuerza casi excesiva de la prisión que había formado a mí alrededor y salté por encima de un tronco caído a no mucha distancia.

“Espero volver a encontrarnos” – le dije sonriendo ampliamente, le guiñé un ojo y corrí.

Movía mis piernas tan rápido como mi condición me lo permitía, pase un par de estados en bosque en no mucho tiempo, no había rastro de él. De alguna manera, sabía que no podía permitirme el caer de nuevo en el error que me había quitado mi vida.

Me sentía libre de nuevo, planeaba continuar con mi caza que llevaba a cabo antes de ser interrumpida. Me concentré por segunda vez, localicé a mi presa y salté sobre ella. Me animaba la idea de encontrarme con aquel vampiro en algún otro tiempo de mi estancia en Forks...