Conociendo el terreno

Un vistazo rápido a mis futuros alumnos no puede hacerme daño – pensé para mi misma dirigiendome de las oficinas a la cafetería, al parecer era la hora en la que éste lugar se encontraba completamente abarrotado. Nadie tenía idea de mi propósito en la escuela de Forks además, con la edad que aparentaba y que, humanamente tenía, podía ser facilmente confundida con alguna alumna, no por nada la secretaria se preguntó varias veces si podía ser yo la nueva maestra de música y no alguna estudiante tratando de gastarle alguna broma.

Daba pasos ligeros y lentos, no quería apresurarme y llamar la atención, no siendo la recién llegada. Llegando al umbral de la puerta el bullicio aumentó notablemente, no solo por las pláticas constantes de todos los que se encontraban allí si no también por la cantidad enorme de pensamientos que corrían por la mente de todos.

Hubiera sido dificil quedarme parada sin llamar la atención en la puerta principal de la cafetería, así que me transporté hasta una mesa vacía, la más cercana a donde me encontraba. Muchas personas se concentraron en mí por un instante, era intimidante la cantidad de atención que un grupo de adolescentes podían darte.

Me recargué casualmente en la silla, cruzando las piernas. Alguién se paró en mi espalda. Sonreí – ¿Porqué no te sientas?, es incómodo estar de pie por mucho tiempo – dudó por unos segundos para después caminar hasta mí, lo seguí con la mirada mientras arrastraba la silla para tomar asiento.

Caminó lentamente, era una vampira educada, amable. “Hay que cuidar las apariencias” – le dije casi en un susurro mientras tomaba asiento, su aroma era conocido, era también increíble la hibridación de olores que había en la escuela, una población estudiantil variada me parece.

“Mucho gusto Ireri, estás en lo correcto más me sorprende ya lo sepas pues hasta hace 10 minutos ni siquiera yo lo sabía” – ¿tendría aquella vampira alguna habilidad parecida a la mía? La verdad es que tendría bastante tiempo para averiguarlo. Me presenté - “Soy Levana y…”

Los pensamientos desbordados de la mayoría de los presentes me hizo perder el hilo de mis palabras, al parecer dos vampiras juntas llamaban la atención más de lo necesario. Alguien nos observaba desde una distancia prudente – “¿Lo sientes?” – le pregunté a la vampira frente a mí y sonreí, aquél que nos observaba se acercó poco a poco, y al estar a unos pasos de la mesa dijo tímidamente…

Era un humano, sus pensamientos eran sinceros, amables. –Qué chico tan lindo –pensé para mis adentros. Apenas había pronunciado palabra, si no hubiera bajado la vista hubiera jurado aquel chico se sonrojó. “Gustas tomar asiento Trent” – Me mordí los labios apenas pronuncié las palabras, él no había dicho su nombre, por lo menos no en voz alta. “Eres el nuevo estudiante, ¿verdad?” pregunté tratando de disimular mis palabras, a fin de cuentas, era un pueblo muy pequeño y todo el mundo se conocía, ¿no? Vi de reojo a Ireri, lo más probable era que ella se hubiera dado cuenta de la tontería recién había cometido…

Miré a Ireri directamente con el agradecimiento en los ojos, no tenía idea del problema del que me había sacado debido a mi descuido. Reconoció inmediatamente el dato de su nombre, era un detalle que no podía olvidar en un futuro, epserar a que sus pensamientos salieran de su boca. Era tímido y sus pensamientos lo demostraban. Soltó una pregunta de repente con la que no pude ocultar una sonrisa, me parecía completamente inapropiado el ofrecimiento de alimento, en fin.

Al parecer a Ireri le había disgustado la manera en que él se había referido a nosotras, a mi me daba igual, de hecho, me causaba un poco de gracia pues eso me demostraba aquél muchacho era un hombre poco perseptivo.

“Estos bien así Trent, muchísimas gracias” - le sonreí al chico, era agradable. “Me interesa más el dato, ¿que haces en Forks?” - Esperaba no haber sido demasiado directa, pero también me impacientaba su respuesta, inclusive mentalmente

La respuesta del chico realmente me había maravillado, le hubiera contestado algo de serme posible pues me encontraba profundamente sumergida en los pensamientos de éste. Era una historia realmente interesante, ahora recordaba y justificaba el enigma que podía causarme este chico humano. Lo había conocido, había tenido el placer de verlo algún día, pero cuando y porque...

No le hallaba justificación y realmente tenía que recordar, mi mente nunca me había fallado...

"Levana, y soy tu maestra de música" pude decir al fin, "ella es tu maestra de historia, ¿cierto Ireri?"

Ireri me había hecho el favor de sacarme del letargo en el que me había sumergido. "Si, parece Trent, que nos has interrumpido en media presentación" le dije sin intención de ser grosera, cambié de posición, me encontraba algo más relajada al ver que la vampira que tenía al frente era de lo más amable y no lastimaría a nadie, incluyéndome.

"Estuve algún tiempo en una escuela de música algo reconocida en el lugar de donde vengo, realmente tengo facilidad para tocar cualquier cosa que se te ocurra, pero para ser más específica, vengo a dar clases a la escuela de Forks de canto, piano y violín" - miré a Trent que tuvo una reacción algo extraña con esto último.

"¿Qué puede decirme maestra, del alumnado de Forks?" - le sonreí...

"Vaya, al parecer va a gustarme mucho estar por aquí" - Sonreí y miré de reojo a Trent pues de alguna u otra manera seguía intrigandome. Su comentario del alumnado realmente me había levantado el ánimo pues a fin de cuentas, tenía bastante tiempo de experiencia con la enseñanza, por lo menos musical, era algo que me gustaba, y que alguién más quisiera aprender algo de mí era todavía más lindo.

Esperé atenta la respuesta de Trent, probablemente tendríamos alguna clase conjunta, en diferentes situaciones porsupuesto

Llevaba mis tres clases, según sus pensamientos, este chico era todo un músico, lamentablemente, yo tenía muchísimos años más de experiencia, creo que era algo irónico el hecho de que, humanamente, el tuviera más edad que yo, aunque su registro dijera lo contrario, y yo fuera a enseñarle música.

Vaya, al parecer no le gustaban los deportes, no podía criticarlo pues no a todos les gustaba, o simplemente, no a todos "se les daba".

Le sonreí de nuevo a ambos y les dije "Saben, todo esto me parece extremadamente interesante y Trent, de verdad será un placer tenerte en todas mis clases pero... si no nos apuramos, llegaremos tarde" - seguramente Ireri ya había notado aquél detalle pues se había levantado al mismo tiempo que yo.

"Les deseo suerte en su día a ambos" - les dije dándoles la espalda y saliendo de la cafetería, sin duda aquellas dos criaturas, completamente diferentes, habían dejado una gran impresión en mí