Un lugar muy agradable

Llegué a Forks con la idea de empezar una nueva vida, una vida de humana... las condiciones eran perfectas para un ser como yo...
Sin sol. Era perfecto.
Decidí que debia buscar algun lugar para vivir, pero un negocio atrajo mi atencion...
la libreria del pueblo. Sin dudarlo entré.
Busqué algunos libros que no hubiera leido todavia. Mientras caminaba por el lugar, vi una pequeña niña que intentaba alcanzar un libro que estaba muy alto para su altura. Me acerque a ella, tomé el libro que ella queria, me agache para encontrarme a su altura. Le sonreí y le di el libro:
- Mmm.. gracias - dijo ella
- De nada - le dije, al tiempo que intentaba recordar las cosas que no debia hacer enfrente de los humanos, como por ejemplo moverme demasiado rápido.
La pequeña corrió hacia donde estaba su madre y le tendió el libro.
Me levanté y seguí con mi busqueda.

Me giré al escuchar la voz de alguien dirigiéndose a mí, pero cuando lo hice, su olor me aturdió...Licántropo. Había percibido ese olor en las cercanías del lugar, el cual se incrementó cuando llegué a la tienda, pero no le di mucha importancia, no creí que me iba a encontrar con uno de ellos, en ese mismo lugar. Intenté mantener la cordura.
- No gracias, solo miraba – Le sonreí. Comencé a rebuscar en su mente algo que me indicara si debía salir corriendo o si podría permanecer aunque sea unos segundos más para completar lo que había planeado hacer...

Quizá me habia mostrado muy a la defensiva...y era obvio que el no tenia intenciones de hacerme nada
Deberia disculparme, pensé.
Mientras el fue a atender a la nueva clienta que habia aparecido, finalmente encontré un libro que me interesó "El Juego del Ángel", decidí no dar más vueltas y comprarlo.
Me dirijí a la caja para pagarlo.

Forks no terminaba de sorprenderme
- No, eso es todo - Sonreí- Supongo que debe haber una regla o algo que indique que se puede o no hacer... no?
... para no causar ningun problema...
Forks me habia gustado...no me gustaria tener que irme...

- Supongo que no voy a tener problema alguno con La Regla De Oro ... - sonrei.
Este licantropo era por lejos uno de los mas amables que habia conocido. Recordé mis encuentros anteriores con otros licanos, ninguno de ellos me habia dado la posibilidad de hablar, habia tenido que correr como nunca lo habia hecho y en varias ocaciones por poco pierdo mi vida. Pero aqui no parecia correr esos riesgos.
- Ehh por cierto, me llamo Sophie, Sophie Adams.