Nuestro Secreto

Como la primera vez que la había llevado a mi lugar preferido; ella en mi espalda y yo cargándola, como cuando era humana.

-Ahora pesas más Bella, creo que la dieta de sangre te ha hecho subir unas cuántas libras.

Dije a manera de broma, aunque ella soltó un pequeño gruñido.

-Puedo - sin temor a equivocarme - que ahora tienes esa mueca en tu rostro... Haciendo puchero.

La tomé de la mano y ella recargó su cabeza en mi hombro. Seguimos caminando en silencio hasta llegar al centro del prado donde nos recostamos. Pasé mi brazo por debajo de su cabeza y le dí un pqueño y casto beso en la frente.

-Me siento tan felíz a tu lado Bella. A veces pienso que no merezco tanta felicidad... Pero no me mal interpretes, no es que no la merezca, sino que todo es tan maravilloso ahora, que parece algo fuera de la realidad. ¿Puede alguien ser feliz para siempre?

-¿Qué estaría haciendo si no nos hubiésemos encontrado?

Reflexióne por unos segundos su pregunta. Aunque de antemano ya sabía la respuesta.

-Estaría haciendo todo y a la vez nada. Mi eternidad seguiría siendo vacía sin una compañera a mi lado. Tendría a mi familia, desde luego, pero siempre estaría ese rincón vacío en mi interior. - giré mi cabeza para encontrar sus ojos-Bella, tardé cien años para poder encontrarte, pero no me arrepiento. Tenías que ser tú y solamente tú mi dueña, mi razón de ser.

-Y lo será. Será nuestro secreto de amor.

Me giré apruptamente quedando ella debajo de mí.

-Tenía tantas ganas de estar así, la primera vez que te traje aquí, pero de haberlo hecho te habría aplastado sin remedio - le di un pequeño beso en su naríz- Eras tan frágil, que temía romperte con sólo mirarte.

-No sabes la cantidad de cosas que pasaban por mi cabeza en aquella ocasión... Tuve ganas de probar tu sangre, de... Volverte una de nosotros, de hacerte mía. Mi lado salvaje me estaba ganando la batalla Bella., como bien dijiste, necesité de toda mi fuerza de voluntad para contenerme y no sabes lo difícil que fué, tu olor me volvía - y me vuelve- loco. ¿Tu habrías estado más que dispuesta, cierto? Me habrías dejado continuar...

-Te amo Bella, y nunca me cansaré de repetírtelo.