Instalandome

Cuando entré a la habitación me quedé estático, Cordelia estaba sentada sobre mi cama. Su maleta al lado ¿pero es que pensaba quedarse? De inmediato pensé que se había equivocado de lugar. Yo... aún estaba un tanto intranquilo por todo lo ocurrido y sentía temor, y ella... Estaba seguro que era como mi hermano... Permanecí alejado de ella lo suficiente.

-Disculpa... Cordelia, eh, la habitación de huéspedes está lista.

Tenía miedo, pero era un miedo a lo desconocido. Mi corazón comenzó a palpitar con mayor rapidéz cuando levantó mis brazos y los puso por detrás de mi cabeza, la herida dolió un poco, por lo que me quejé. Ella... algo pasaba, no podía dejar de mirarla, como si me estuviera hipnotizando, estaba con el cuerpo engarrotado, adormilado. Intenté hablar, pero ella me puso un dedo sobre los labios. ¿Qué estaba sucediendo?

Lo había notado, de no ser porque ahora tenía un poco más de fuerza de lo normal, ahora mis muñecas estarían quebradas y me estaría retorciendo por el dolor... Pero no había dolor, sólo... Cordelia... ya me había pasado con anterioridad en el antro... Era como si me tuviera hechizado por sus encantos y yo no pudiera resistirme. Cerré los ojos cuando ella me mordió el labio y comenzó a desabotonar la camisa.

PUM PUM PUM PUM

El sonido de mi corazón latiendo rapidísimo.

Rendido ante sus encantos; cuando ella soltó mis muñecas, en vez de "huir" me dejé sacar la camisa como manso corderito y respondí con intensidad a sus besos... ya estaba perdido bajo la influencia de sus caricias. No había marcha atrás, mas que continuar el juego de la pasión que se había regado por todo mi cuerpo. Me desconocía, pues nunca había sentido nada igual y la verdad me estaba gustando demasiado.

aún con los ojos cerrados no me despegue de sus fogosos labios, intentando quitar sus ropas con mis manos inexpertas y temblorosas. Ella terminó por ayudarme un poco y quedó solo con la ropa interior de la parte de abajo, deslizé mis manos por su espalda... una espalda tan tersa y perfecta. La abracé con mas fuerza y la besé con más pasión que antes, estaba completamente loco... desconocido... todo era tan intenso.

Cuando ella llevó mi mano hasta su seno creí morir, todo era tan nuevo y excitante para mí que creía enloquecer; Cordelia me estaba transportando hasta un lugar infinito e imaginable, un lugar desconocido... Cuando mordío el lóbulo de mi oreja solté un gemido... Dios... mi respiración se hizo desacompazada y fuerte... Por puro impulso mis dos manos se apoderaron de ambos senos... Abrí mis ojos... ella me miraba... me sonreía...

Se había dado cuenta de mi inexperiencia y no pude dejar de ruborizarme ante ella.

<<No te preocupes, no te dolerá >>

Mi cinturón terminó en alguna parte de mi habitación y mi pantalón le hizo compañia mas tarde... me había quedado en ropa interior solamente. Cordelia volvió hacia mi rostro, pense que iba volver a besarme , pero desvió su rostro hacia mi herida y comenzó a darle pequeños besos y después, con la punta de su lengua la fue recorriendo lentamente.

Frio y calor, calor y frío... cuando estuvo desnuda ante mí me quedé sin habla, era tan... perfecta, como una Venus... Me sentí menos que nada, un simple mortal... pero aún así yo deseaba estar con ella, entonces las cosas cambiaron y en una perfecta maniobra ella se colocó debajo de mi cuerpo... me sentía un títere... que quizás no la fuera a complacer como ella lo deseaba ¿ o si? bien, eso lo iba a averiguar muy pronto....

<< Me gusta lo que veo >>

Fué todo lo que necesité escuchar, ya no había marcha atrás y si antes tenía dudas, ahora todas se habían ido de mi cabeza. Disifrutaría el momento con Cordelia. Puse el peso de mi cuerpo en el suyo y volví a besarla con mayor intensidad, ella respondió y me volví loco de pasión, yo queria más y más de ella... Ambos obtendríamos lo que queríamos.

Rasguñó mi espalda y gemí de puro placer, ésto se estaba convirtiendo en una relación netamente salvaje y me estaba pulverizando la poca cordura que me quedaba; cuando Cordelia llevó su dedo con mi sangre a su boca, tomé su mano y ése mismo dedo lo saborée yo también, despacio... Después, sintiendo el ardor en mi espalda todavia, me coloqué entre sus muslos firmes y la penetré con un sólo movimiento, primero lento y después rítmico... Era la primera vez que estaba dentro de una mujer y era... Sencillamente el paraíso; Cordelia era el paraíso...

-Eres deliciosa Cordelia - dije entre jadeos, estaba en el cielo y en el infierno al mismo tiempo, no podía explicarlo con presición, no me reconocía, esa extraña fuerza que de repente brotaba de mí me hacía querer más, y más...
Una gota de sudor recorrió mi frente y cayó justo en su abdomen... Eso me recordó que todavía era humano, un humano, humano... Y ella una vampira, muy entregada y fogosa que me estaba haciendo perder la razón... ¿Cuántas veces habia imaginado mi primera vez? y nunca, ni remotamente se acercaron a lo que me estaba sucediendo en ese momento.

Yo mismo me desconocía, estaba loco de placer y quería más y más de ella, todo me parecía insuficiente, así que al escucharla gemir, las alarmas en todo el cuerpo comenzaron a sonar con mucha fuerza y aceleré el ritmo sin dejar de mirarla, porque su rostro me indicaba que ella lo estaba disfrutando tanto como yo y no quería perder ni un sólo detalle, yo quería guardar ése momento en mi mente, para toda la vida... <<No habrá otra primera vez>> dije en mi mente, y era verdad. Fue entonces que ella clavó sus uñas en mi cadera y con ello me daba a entender que necesitaba más entrega de mi parte, y volví a complacerla, no había nada que no quisiera hacer por ella.

-Eres una hechizera- susurré.