Pueblo olvidado por todos

-Es un asco mi vestido está completamente arruinado, lo tendré que meter en la caja de las cosas de la beneficencia del año, pero en fin fue un simple vestido, y mira sirvió de algo te conocí y estamos pasando esta tarde agradable-dije sonriéndole seguía mirándome de esa manera me preguntaba que pensaba él de la forma en que yo lo estaba viendo ahora, con esta sonrisa en mis labios y mis ojos con su sútil tono de coqueteo.

Simplemente no imaginaba usando un vestido dos veces, los jeans pues si, los accesorios también pero no más de 3 veces eran articulos desechables que alguien más podía utlizar pero yo no.

-Keane-dije horrorizada y se encendió algo en mi- Serás mi nuevo proyecto, a ver-un vistazo, dos en realidad era apuesto y seria buena una sección- Te necesito y nmo te puedes negar-dije guiñandole un ojo, cruce los dedos para que aceptara mi loca idea.

Aceptó así tan fácil, no pude más que gritar de felicidad, haría de Keane algo mucho más especial de lo que ya era, además que era ese misticismo que lo envolvía que llamaba mi atención, no me importaba pero el había acepado ahora esperaba que al fin de cuentas se dejara hacer lo que mi cerebro maquiavélicamente estaba planeando para él, sólo cosas buenas pero necesitaba ver que creía él que seria.

-Eres perfecto, simplemente perfecto, ya te visualice Keane-la cara de susto no se iba yo le guiñe un ojo para tratar de apartar el susto que tenía y le sonreí traviesamente.

-Espera ¿me estás hablando de tú? cómo esta eso Keane, nada de tu soy Rache así como dijiste esta perfecto pero sin el tu, me haces sentir vieja y apenas tengo 21 no soy tan grande- dije efusivamente tomándolo de la mano y mirándolo no sabia porque no podía dejar de mirar esos ojos era como si estuviera hipnotizada por ellos, sería que esa mirada ocultaba algo más y cuando tenía una de sus manos entre las mías ese calor que despedía su cuerpo era tan envolvente.

-Va a ser una linda sorpresa ya lo veras no es nada malo, no podría acere algo malo aun ángel como tu-amenos que el quisiera no lo tocaría- y pues veras es divertida mi idea no te imaginas no te pasa por al cabeza lo que se me a ocurrido pero para eso tienes que acompañarme, vamos a ir a mi casa para que te cuente toda mi
idea paro necesito cambiarme que sigo teniendo frío ¿te parece?-esperaba que no tuviera desconfianza de acompañarme y le sonreí para que no desconfiara de mí, y la tempratura aquí no la soportaba más, una chica como yo acostumbrada al sol estando en una horrible ciudad nublada.

Ir tomada de la mano con él era especial, su calor era especial n podía negarlo…
Llegamos rápidamente a mi auto, Keane lo observó, a no quería que el pensara que era una chica caprichosa superficial al ver mi modelo del 2009, no él los demás me valían pero por alguna razón el no. Mi Aston de modelo que por cierto aun no estaba en tiendas que mi padre me había regalado para promocionar su tienda y para que su princesita como me llamaba estuviera conduciendo lo mejor de lo mejor.

Y cuando fuera a mi casa que iba a pensar demonios no…

-Keane, te parece que mejor pasemos primero a que te cambies tu y ya después a mi casa- sólo podía esperar a que el respondiera afirmativamente, no queria parecer demasiado prepotente.

Por un momento pareció ausente y eso me preocupo, como lejano pensando en algo, todo con ver mi auto esperaba no fuera algo malo.

-No, no, no, Keane por mi culpa está arruinado tu vestuario, obviamente no voy a permitir que te vayas así, primero te cambias si quieres no paso a tu casa sólo te cambias tu y ya te llevó a la mía a mostrarte lo prometido-estaba cruzando los dedos con mi mano libre tras de mi espalda esperaba que no se diera cuenta-entonces dime por dónde conducir o mejor aún toma las llaves tu manejaras ¿sabes conducir verdad?-dije sonriéndole mientras le entregaba las llaves.

Era extraño tenerle tanta confianza la verdad las cosas materiales no me importaban tanto pero si estaba teniendo tanta confianza con él la inspiraba así fácil con una sonrisa súper que era transparente y seria una de las pocas personas que seguro valía la pena en todos esos alrededores.

Cuando le di las llaves vi su expresión eso le causaba felicidad estaba haciendo feliz a alguien, tenía tanto que no lo hacia que no pude esconder una sonrisa y después creo que me quería besar pero la verdad no etnia que besarme para agradecer que lo dejara manejar mi auto, no besarme sólo por eso. Nos subimos al auto, encendí el estéreo y bajé el capote para que se viera más alucinante el auto, el metió la llave al cloch.

-¿Qué esperas para pisar el acelerador?-sonreí.